En las zonas trópicales donde se práctica la ganadería algunas enfermedades implican un reto mayor, por ejemplo, la garrapata del ganado bovino, calificada como una de las enfermedades tradicionales de las zonas trópicas como el departamento del Cesar, tiene preocupado a los ganaderos por la “multirresistencia” de la plaga ante los venenos utilizados para combatirla.
El pequeño insecto, una vez afecta al animal, causa enfermedades como la anaplasma y babesia, lo cual lo debilita, deteriora su estado corporal y la productividad del animal. En casos más graves, causa la muerte del animal. Investigadores han calculado que puede disminuirse la producción de leche por cabeza de hasta 200 litros por año.
La preocupación se dispara porque el ácaro parece estar siendo inmune ante los plaguicidas utilizados en el país. “Lo que pasa es que hace muchos años venimos utilizando dos vehículos por lo que están compuestos los baños comerciales: los organofosforado, que atacan la mosca y la garrapata, y las piretroides, que es específicamente para la garrapata. Entonces, ante la continuidad del uso la garrapata ha venido creando resistencia, lo que ha disminuido su potencia. Mejor, dicho, las garrapatas se han ido volviendo resistentes”, explicó Jorge Luis Oñate Martínez, presidente de la Federación de ganaderos del Cesar, Fegacesar.
En departamentos de zonas trópicas como el Cesar, enfermedades como la anaplasmosis, transmitida principalmente por garrapatas y agujas infectadas, es uno de los principales enemigos del ganadero, porque en los casos en los que el animal no muere, deteriora su estado físico y baja su productividad. El ganado adulto es el más afectado. “El animal se vuelve débil, deja de comer y sus membranas mucosas se muestran pálidas… Las vacas preñadas pueden abortar”, señala un documento cientifico.
RECOMENDACIONES
Conocedores del tema aconsejan manejar el problema de las garrapatas según la gravedad. En caso que el ácaro se haya propagado por todo el animal, se aconseja seguir el ciclo de reproducción de la plaga, siendo el día cero el día que se realiza el baño, para luego repetirlo cada siete días, día catorce, día veintiuno y veintiocho. Luego, en caso de mejoría, hacerlo cada mes.
Pero la mejor forma de prevenir, complementan los conocedores, son las buenas prácticas a través de lo que llaman “la ganadería regenerativa”. “Es el sistema que se está imponiendo para controlar la presencia de animales externos que atacan. Este sistema de ganadería regenerativa, combina un buen manejo del medio ambiente (manejo de pastura y leguminosas), la tierra y el animal”, complementa el presidente de Fegacesar.
DEIVIS CARO / EL PILÓN
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