Tras sufrir alguna afectación de salud producto de una situación variable y en la que se encuentra un paciente corriendo un alto riesgo por su vida se aclama porque los profesionales de la salud hagan lo necesario con el fin de lograr el bienestar de quien se encuentra en peligro. En este contexto, muchas veces se firma un consentimiento de cirugía, sin medir los riesgos asociados a la edad, antecedentes y estados de salud de las personas.
“Hay casos, incluso, donde la cirugía no es la mejor opción para garantizar calidad de vida de un paciente. Sin embargo, en algunos de estos casos, sin plantear al paciente y su familia otras alternativas, se decide correr el riesgo, sometiéndolo a un procedimiento que puede resultar bastante estresante”, explicó Luz María Gómez, anestesióloga y subdirectora científica de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (S.C.A.R.E).
De acuerdo con los profesionales no se pueden desconocer los cambios que la pirámide poblacional presenta a nivel mundial, mostrando una tendencia de crecimiento en la población de la tercera edad y la cual no está lejos de la realidad que se vive en Colombia.
Por esto, teniendo en cuenta que con el paso de los años surgen nuevas enfermedades asociadas al envejecimiento se hace mucho más riesgosa una intervención quirúrgica.
Según Gómez la edad no es el único factor relevante a la hora de intervenir a un paciente, ya que se presentan variables de acuerdo con la que hay personas de 65 años que han sido sanas y otras de la misma edad con antecedentes de infarto, diabetes, problemas de hipertensión o falta de autonomía para movilizarse, quienes figuran mucho más vulnerables y requieren una valoración integral. “Actualmente, la medicina perioperatoria, facilita que el geriatra y todo su equipo tomen un rol muy importante en el diagnóstico del paciente, con el objetivo de identificar los riesgos y enfermedades que van más allá de las concomitantes, de manera que se puedan tomar decisiones responsables e informadas”, agregó Gómez.
De igual manera, afirmó que es importante incluir al adulto mayor en la toma de decisiones para que de acuerdo a su estado de salud pueda decidir, junto con su familia, si vale la pena someterse a un procedimiento quirúrgico. Si la decisión es realizar la intervención, las patologías del paciente deben tratarse y controlarse de manera previa a la cirugía; para esto es responsabilidad del paciente seguir las instrucciones del equipo de salud al pie de la letra.
Para los profesionales no hay que olvidar que es más importante la edad física que la edad cronológica, debido a que la primera depende del estado de salud de cada individuo y se determina a través de índices de fragilidad que dimensionan el grado de susceptibilidad que tiene un paciente de acuerdo a su estado clínico; los riesgos aumentan hasta cuatro o cinco veces cuando se trata de un procedimiento de urgencias. Tampoco hay que descuidar el seguimiento y vigilancia rigurosa a los riesgos identificados, antes, durante y después de una cirugía.
Daniela Rincones Julio / EL PILÓN
daniela.rincones@elpilon.com.co