Terminaron las fiestas de fin de año y aún con la sensación de marchar a media máquina empiezan las campañas a calentar motores para lo que será la carrera por las elecciones territoriales a gobernación, alcaldías, asamblea, concejos, y ediles y Valledupar tendrá una de las contiendas electorales más intensas y a la vez particulares jamás vista en los últimos 30 años, solo comparada a la otrora época del poderoso grupo político Alas de la familia Araujo Castro.
Se estima que hay en el partidor alrededor de una docena de precandidatos de todas las tendencias y para todos los gustos, algunos con altas posibilidades de llegar a aparecer en el tarjetón y contarse voto a voto; otros se irán quedando en el camino sin ninguna posibilidad pues no llegarán siquiera a conseguir un aval y el resto hará lo que ya todos sabemos, aceitan sus microempresas electorales y terminan vendiendo los votos al mejor postor.
Todo parece indicar que las dinámicas políticas van a girar alrededor de lo que suceda con la alianza Cuello – Gnecco, alianza que dicho se sea de paso y como se dice coloquialmente “está pegada con babas” pues llegó a su mayor nivel de tensión en la pasada elección del 2018 donde la casa Gnecco rompió el acuerdo de “tu con tu alcaldía y nosotros con nuestra gobernación” al atravesarse con un candidato sacado de la manga y al que contra todo pronóstico le ganaron al archifavorito candidato del Equipo Azul.
Todas las especulaciones están surgiendo en apostar a si la alianza se mantiene en competencia y se vuelven a enfrentar como en 2018 a la alcaldía lo cual les costaría una aplastante derrota debido al desgaste que ambos movimientos han acumulado por los protuberantes escándalos de corrupción del gobierno de Augusto Ramírez ‘Tuto’ Uhía, quien por ser el candidato del Equipo Azul (Léase Ape Cuello) automáticamente le endosa dicho lastre al actual favorito de estas elecciones y bajo la tutela de este movimiento; y por otro lado el enorme desprestigio del actual alcalde de Valledupar cuota directa de la casa Gnecco y a quien sea que decidan apoyar tendrá que cargar con el lastre de esta administración que ya tiene el sol a sus espaldas y los peores indicadores de popularidad y gestión.
Tanto la casa Gnecco como el poderoso representante del Equipo Azul pusieron a sus alfiles de twitter a que regaran la noticia de que la matrona iría como candidata a la gobernación lo cual no solo garantizaría su permanencia en el poder sino que asustaría a los demás pues así no les guste a muchos sería imbatible en las urnas; sin embargo la guardia pretoriana del equipo azul reaccionó a finales de año con la noticia que el representante Cuello renunciaría a su curul e iría como candidato a la gobernación, el alboroto no se hizo esperar, esto en batalla se llama mostrar las armas y en el juego de póker “cañar”.
La realidad es que ninguno de los dos será candidato a nada, y lo que se dice en los pasillos es que más bien se cuece una súper alianza donde se alinearían los cuatro representantes a la cámara, los dos senadores, la gobernación del departamento y el mismo alcalde alrededor de la candidatura a la alcaldía del Equipo Azul y el pupilo o pupila que designe la matrona a la gobernación, es decir preferimos dividir el poder como lo teníamos antes a perderlo todo; no se puede decir que no es una jugada audaz, tanto lo es que lo que tiene de audaz también lo es de arriesgado pues es apostar el todo por el todo ya que el movimiento disidente que logre hacer la lectura correcta y montar una campaña inteligente y eficaz, lograría lo que Caicedo hizo en Santa Marta y el Magdalena ¿Podrán lograrlo? ¿Depondrán egos y harán la alianza correcta? Lo sabremos en junio o julio.
Sin embargo, a estas alturas uno podría hacer cábalas y empezar a hacer las predicciones; candidatos que ya pueden contar con su aval en el bolsillo, el del Equipo Azul el cual iría con el respaldo de Cambio Radical, la U, un sector del liberalismo, Centro Democrático y los cristianos lo que de tajo dejaría sin aval a por lo menos diez precandidatos que no tendrían ni la fuerza ni el respaldo suficiente para ir a buscar firmas; y por el otro lado iría la otra docena de precandidatos que se disputan el aval del Pacto Histórico que terminará fragmentado con varias candidaturas avaladas por los demás partidos de esa alianza que no desea perder su caudal electoral, es decir no les interesa ganar sino contarse.
Hay dos precandidatos fuertes con reales opciones de ser esa tercería y que si logran ponerse de acuerdo uno de los dos sería el próximo alcalde de Valledupar. Amanecerá y veremos.
Por Eloy Gutiérrez Anaya