A través de una serie de medidas coherentes el gobierno Santos se encuentra en la búsqueda de su mejor esfuerzo para que los recursos públicos y privados dinamicen la producción y nuestra economía no pierda o conserve el impulso que traía, luego de la desaceleración provocada por la crisis en los precios del petróleo. Se espera que las inversiones anunciadas se vean reflejadas en los propósitos económicos del 2015, pero las obras se harán a lo largo de los próximos años con recursos de presupuestos futuros.
La apuesta es por un crecimiento por encima del 3,5 por ciento y la generación de 323.000 nuevos empleos sobre la base de una inversión de 16,8 billones de pesos, los cuales estarán concentrados principalmente en la ejecución de obras viales, construcción de vivienda urbana y rural, aulas escolares, promoción de la industria, el turismo y la minería, en el marco del Plan de Impulso a la Prosperidad y el Empleo, bautizado como Pipe 2.0.
El “Estartazo” a la economía supone la descongelación inmediata de 5,5 billones de pesos en regalías para grandes inversiones en proyectos de alto impacto regional como la ampliación de la estructura física de los colegios para poner en marcha la jornada única. Se implementarán medidas especiales para estimular la exploración minera y petrolera para aumentar así la producción de hidrocarburos. En el sector de la construcción se reactivarán los subsidios a la tasa de interés para adquirir vivienda de clase media y se realizará el rediseño de la política de vivienda rural. La industria que promueva productos y servicios innovadores recibirá beneficios tributarios y Bancóldex apoyará con créditos diferenciales a quienes estimulen y ayuden a subir las exportaciones.
Existe en el país un moderado optimismo sobre el contenido del Pipe 2.0 cuando tenemos que resolver problemas estructurales que tomarán mucho tiempo, como los ejes viales, el gran impacto del contrabando, los costos no competitivos de la energía y el gas y la falta de mano de obra calificada. Pero, lo importante es que existe la voluntad y que se están dando pasos serios para enfrentar los retos de recuperar la confianza de consumidores y empresarios anticipando, en lo posible, la ejecución de lo anunciado para potenciar la economía y capotear la tormenta que azota la región.
El gobierno Santos tiene que demostrar, con austeridad y control del gasto, que se puede pasar de las palabras a los hechos e ir más allá de los planes de choque. Se le abona la intención, pero nuestro país necesita más que granitos de arena.
Agregado: Crispín Villazón de Armas, un visionario y un luchador. Fue un hombre bueno, ejemplar y correcto.