La Universidad Popular del Cesar se apresta a nombrar a su nuevo rector, de quien dependerá, en gran medida, su viabilidad institucional, pues no hay que olvidar que acusa, en estos momentos, una profunda crisis por actos de corrupción que se constituye en una llaga purulenta y fétida que la mantienen al borde del colapso.
Así las cosas, la escogencia del nuevo rector no tiene, en mi opinión, margen de error, y tampoco es válida la excusa que no hay quien reúna las calidades para salvar a la UPC del abismo. Someto al escrutinio de la opinión pública en general, y de la comunidad educativa, en particular, la siguiente hoja de vida tomando como referente la frase bíblica: “por sus frutos los reconocerán” (Mateo: 7,16): abogado titulado de la Universidad del Atlántico, con tesis laureada, especialista en Derecho Público de la Universidad Nacional, Magister en Educación de la Universidad del Norte, asesor jurídico de la Contraloría General del Departamento del Cesar, docente con sobrados méritos, decano de la Facultad de Derecho, director de Programa de Derecho de la UPC. Tiene como lema de campaña: “La academia lo primero”. Propende por un trato digno a los docentes de planta como a los ocasionales; ampliar la oferta de programas de especialización, maestrías y doctorados en las diferentes disciplinas, e implementar proyectos de extensión en sus modalidades esenciales, virtuales y a distancia. La vinculación del talento humano, por meritocracia, que no por tráfico de influencias, fortalecer e incentivar la investigación, desarrollo de tecnologías y el manejo transparente del presupuesto, son entre otras sus banderas.
Además, el ciudadano tiene entre sus calidades personales el ser una persona íntegra, su postulación no tiene tinte político, pues nunca ha aspirado a un cargo de elección popular, es un defensor a ultranza de la educación pública, serio y honesto, y para más señas cesarense de pura cepa, con sentido de pertenencia hacia la Universidad, y de quien solo se puede esperar cosas positivas para el alma mater.
No te equivoques comunidad upecista, urge liberar a la universidad de la politiquería, que se la ha ido devorando, y de la corrupción que la tiene postrada, de lo contrario seguiremos presenciando nuevos hallazgos por “posibles” detrimentos patrimoniales, denuncias penales por contratación indebida, peculados en todas sus modalidades, órdenes de capturas, tráfico de influencias, intervenciones del Ministerio de Educación y un largo etcétera. Piense antes de votar, y analice las hojas de vida de todos los candidatos, y escoja la persona indicada para ejercer eficientemente el cargo de rector, pero fíjese en sus antecedentes, en las personas con quien se rodea, en sus propuestas, la forma como viene financiando su campaña, y sobre todo en sus calidades personales, éticas y morales, pues hay que separar la cizaña del trigo. darioarregoces@hotmail.com