“La lucha contra la corrupción ha sido mi vida política y personal y una de mis banderas para evitar que los dineros públicos terminen en bolsillos de privados”, recordó el presidente de los colombianos, Gustavo Petro, consciente del ataque contra el gobierno, desde los que optan por el golpe hasta la ruptura institucional, pero fiel al pasaje bíblico: “por sus frutos los conoceréis”.
El jefe de Estado se retrotrajo a los grandes debates que protagonizó desde el Congreso de la República denunciando la alianza de un tercio de senadores y representantes con los paramilitares, conforme el carrusel de la contratación y los entramados de Odebrecht, mucho antes que los medios de comunicación lo convirtieran en noticia y los entes de control tomaran siquiera una decisión al respecto.
“Tenemos una corrupción estructural y profesional que se ha tomado todas las instituciones del Estado. Mi responsabilidad es destruirla y neutralizarla”, sentenció.
Alabó una fuerza pública honesta y al lado del pueblo y una fiscalía decente e independiente como garantes para frenar dos mecanismos que están fortaleciendo el crimen: la corrupción y la inseguridad.
Aseguró que su gobierno enfrenta a los anillos de corrupción del Fomag y la Fiduprevisora, que han desviado billonarios recursos de los maestros y la nación a través de una red de contratistas que con cláusulas amañadas permiten pagar sin contratación.
Describió a Ecopetrol como el escenario del gran desfalco de la Nación, de donde han salido decenas de miles de dólares con los que se han financiado a personas, grupos paramilitares y la política, encubierto por órganos de control y sin investigación penal.
Petro no ignoró el tema de los carrotanques para llevar agua potable a La Guajira, lo que derivó en otro escándalo de corrupción, pero evidenció que ha sido peor lo de Cara ‘e Gato en el Canal del Dique, actuaciones diametralmente opuestas a sus directrices, sin que sea excusa el modelo de emergencia económica que tumbó la Corte Constitucional.
Se avergonzó por un billonario sistema de lavado de activos que ha arruinado la industria de las confecciones y el cuero, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres es un caso de corrupción estructural para enriquecimiento personal de varios funcionarios a costa de las víctimas de las tragedias naturales y climáticas.
El presidente de la República le pidió a la Fiscal Luz Adriana Camargo investigar al interior de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres UNGRD en los últimos 8 años, denuncia que ignoró el fiscal Francisco Barbosa, pero igual la instó a esclarecer el saqueo de los dineros de la paz OCAD Paz, con base en la información recuperada y documentada por su gobierno.
“Navegaremos en las tormentas y sabremos que finalmente todo depende del pueblo, lo que implica remover las bases del poder político para que el país conozca la real dimensión de la corrupción”, enfatizó Petro.
Remarcó que ser de izquierda no es una vacuna contra la corrupción, que está en todos los partidos y en todos los rincones, pero advirtió que la manifestación del 1 de mayo es un enorme mensaje no solo contra quienes quieren mantener el régimen de corrupción, sino contra el mismo gobierno, tratando de abrirle paso a las reformas que garanticen la paz y beneficien a la gran mayoría de los colombianos.
El primer magistrado de la nación le pidió a la Fiscalía no brindar beneficios jurídicos en el proceso que se sigue por los actos de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres mientras no haya la correspondiente devolución de los dineros públicos desviados.
En la esfera internacional Petro presiona a Israel anteponiendo la vida sobre cualquier variable económica, identificado con la árabe, Tawakkol Karman, quien ganó el Premio Nobel de la Paz en 2011, indignada porque el mundo calla ante el genocidio y la limpieza étnica del pueblo palestino. ¿Qué diferencia hay entre el genocidio de la Alemania Nazi de Hitler contra los judíos y ahora el genocidio del pueblo palestino a manos de los judíos?
Son interrogantes que absuelve el mandatario, al reafirmar que jamás se puede supeditar la vida y derechos de las personas, conforme la lucha contra un genocidio, al ‘negocio’, en respuesta a la Asociación Colombiana de Minería, que cuestiona la prohibición de exportar carbón a Israel por los perjuicios económicos.
Miguel Aroca Yepes.