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¿Por qué son importantes las personas vitaminas?

En medio de la creciente tendencia a identificar y evitar las “red flags” o banderas rojas en las relaciones interpersonales, ¿estamos también aprendiendo a reconocer y valorar las banderas verdes de las personas? En este contexto, me llama la atención el concepto de “persona vitamina”, descrito por la psiquiatra Marian Rojas en su libro: ‘Encuentra tu Persona Vitamina‘.

La Dra. Marian define a una persona vitamina como alguien que nos hace sentir queridos, acompañados y valorados, ayudándonos a superar momentos de tristeza y dificultad. Es decir, son aquellas personas que nos proporcionan el apoyo necesario para enfrentar los desafíos de la vida.

Al leer la portada del libro, me pregunté: ¿Qué es una vitamina? ¿Y cuál es su función en nuestro cuerpo? Las vitaminas son nutrientes esenciales que necesitamos en pequeñas cantidades para que funcionen correctamente nuestros procesos biológicos. Sin una ingesta adecuada, el cuerpo puede enfrentar deficiencias que afectan su buen funcionamiento.

En este escenario, ser una persona vitamina no solo es valioso, sino esencial. Todos necesitamos ese apoyo que nos recuerde que no estamos solos y que somos importantes en el tejido que conformamos como sociedad. Ser una persona vitamina se trata de estar presente y brindar amor y apoyo, incluso cuando estamos en proceso de sanar nuestras propias heridas o de encontrar nuestro propio camino.

Para entender esto, realicé una encuesta en mis redes sociales sobre qué pequeños actos pueden marcar una diferencia en la vida de los demás. Las respuestas fueron muy simples: valorar el esfuerzo de los demás, escuchar atentamente, compartir un abrazo sincero, estar presente en momentos de necesidad y ofrecer una oración o palabra positiva.

Estos pequeños actos tienen un gran impacto. Primero, valorar el esfuerzo de los demás puede elevar su ánimo y motivarlos a seguir adelante. Segundo, escuchar sin apresurarse a ofrecer soluciones es a veces todo lo que necesitamos. Tercero, compartir un abrazo puede transformar un mal día.

Adicionalmente, alguien respondió diciendo que se puede ser una persona vitamina ofreciendo una oración. En ocasiones, lo más importante no es lo que decimos, sino el simple hecho de estar allí para las personas en sus momentos de necesidad.

Escribiendo sobre este tema, recordé unas capacitaciones de un nutricionista en las que aprendí que antes de tomar vitaminas, era necesario realizar una desintoxicación del organismo, como limpiar el colon o desparasitarnos, para asegurar que nuestro cuerpo estuviera en las mejores condiciones para absorber los nutrientes.

De manera similar, a veces, ofrecemos nuestro apoyo y no vemos un impacto inmediato. Esto puede suceder porque la persona está tan cargada de problemas y emociones que no sabe cómo enfrentarlos. No es culpa nuestra; simplemente, no siempre estamos en el mejor momento para recibir ayuda. Sin embargo, aunque el efecto no sea inmediato, estamos siendo un agente positivo en su vida.

De este modo, así como las vitaminas son necesarias para la salud física, también lo son las personas vitaminas para la salud social de nuestra comunidad. Porque por medio de ellas es que tiene sentido seguir luchando por una cultura de paz, entendiendo que necesitamos fomentar esa práctica de solidaridad que fortalezca no solo las relaciones individuales, sino las de toda la comunidad.

Como dijo Morgan Freeman: El mundo está lleno de buenas personas, si no las encuentras, sé una de ellas.

Por: Sara Montero Muleth

Categories: Columnista
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