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¿Por qué se suicidan los feminicidas?

La red de voceras y voceros Párala Ya asegura que las políticas públicas para prevenir las violencias basadas en género deben incluir al acompañamiento psicosocial de los hombres. Foto: Red de Voceras y Voceros Párala Ya.

Dos vidas terminan, menores quedan huérfanos, el caso se cierra. Es tan frecuente el suicidio del feminicida que un poco más del 20 % de los Neptalí Yaruro, autor del presunto feminicidio de Avelina Bullones el pasado 8 de marzo, terminan en muerte, según un informe del Observatorio Lucía Pérez de octubre de 2022. “Eso quiere decir que uno de cada siete hombres se mató después de asesinar a su pareja”, aseguró el medio colombiano 070.

En el caso de Neptalí, el presunto crimen se llama “feminicidios íntimos” porque los involucrados tenían una relación de pareja; sin embargo, y contrario a la creencia popular, el “feminicidio-suicidio”, “suicidio extendido” o “suicidio machista”, como se le nombra a este fenómeno, no ocurre por sentimientos de culpa, afán de evitar la cárcel o bajo los efectos de las drogas. Las razones son mucho más profundas.

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Razones del feminicida

Por lo general, el 88% de los presuntos feminicidas se lesiona con el arma que usó contra su víctima, en el lugar del hecho y  dentro de las 24 horas posteriores al crimen, según el Observatorio Lucía Pérez. El psicólogo José Manuel Hernández, director de la línea distrital de Atención a Hombres Calma, quien dijo al medio digital Manifiesta que la respuesta a esta motivación está directamente relacionada con la idea de amor romántico que materializan tanto hombres como mujeres en el país. “El feminicidio y el suicidio están encaminados en esa idea. El personaje cree que la ama tanto que dice: ‘Si no es para mí, no es para nadie’. Esa es la conclusión: la muerte”, asegura Hernández.

Por tanto, la respuesta a si la gente muere de amor tendría que decirse que mata de la idea de amor romántico. La Línea de Atención para Hombres Calma es un servicio en Bogotá creado para ofrecer apoyo a los hombres, ayudándoles a cuestionar y transformar la masculinidad que les ha sido impuesta. Su objetivo es, entre otras cosas, prevenir la violencia hacia mujeres y niñas con quienes conviven. Según Hernández, diariamente reciben entre 15 y 20 llamadas de hombres en Bogotá, muchos de los cuales expresan su frustración diciendo: “No puedo con esta hombría”. “Son hombres que llaman llorando; muchos de ellos no son agresores, sino que han sido víctimas de abuso, mientras que otros temen al abandono o a quedarse solos en casa”, explica Hernández.

Por eso hay una insistencia durante los últimos años en desaprender los roles de género, no solo para el bien de las mujeres, sino también para mantener una mejor salud mental en los hombres. Para desdicha de los hombres, “no hay muchas cifras que traten de darle forma cuantitativa a este fenómeno”, dice el medio digital Manifiesta. Y pone peso a las políticas públicas de mujeres para que implementen medidas que protejan a los hombres de sí mismos, porque es la causa de la violencia.

Desde la perspectiva de Susana García, psicóloga clínica y terapeuta gestáltica, no se pueden pensar estos suicidios fuera de relaciones de violencia y dependencia emocional, donde hay un varón que controla y una mujer que es controlada. Ante el abandono de la mujer o cualquier gesto que se interprete como resistencia a su deseo de control, “ese hombre, que ya ha mostrado comportamientos autoritarios y controladores, da un paso más y se convierte en una amenaza. Sus emociones son contradictorias y completamente disociadas. Esto es bastante común. Por un lado, siente que la necesita y cree que su vida carece de propósito sin ella; por otro lado, la desprecia. Al final, cuando la aniquila, también la pierde, y con su muerte su propia existencia pierde sentido; es en ese momento cuando ocurre el suicidio”, analiza Susana García para el Observatorio.

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¿Qué pasa legalmente cuando el feminicida se suicida?

 “Cuando el feminicida se suicida, continúa siendo un feminicidio; ahí la cuestión será que ya no habrá una persona a quien procesar penalmente porque la muerte del procesado es una causa de extinción de la acción penal. Él fue el agresor y quien perpetró el crimen; salvo que no haya actuado con algún cómplice o coautor o haya actuado en concurso con otra persona, entonces ya se terminaría la acción penal; no habría quién procesar”, dice Shirly Silva Maestre, docente y abogada penalista.

¿El feminicidio es excarcelable?

El feminicidio es un delito que no admite la posibilidad de excarcelación. Se trata de un crimen grave que conlleva penas elevadas, y en Colombia no se contempla la cadena perpetua, ya que esto iría en contra del ordenamiento jurídico y de la Constitución Política, así como del bloque de constitucionalidad que obliga al Estado a eliminar penas degradantes e inhumanas.

Por lo tanto, “aquí en Colombia la cadena perpetua no es una posibilidad. Sin embargo, si nosotros miramos las penas que se establecen aquí en Colombia —penas de 55 años— son penas que a la larga terminan convirtiéndose en verdaderas cadenas perpetuas en medida en que dependiendo de la edad del condenado es posible que no salga con vida de la cárcel. Respecto a ese punto, el debate es bastante ágil; hay quienes lo promueven y quienes no porque realmente la cadena perpetua no previene el delito; simplemente sanciona y aquí lo principal es prevenir que se siga matando mujeres por ser mujeres”, explica Silva Maestre

¿Qué pasa con los hijos? 

La abogada penalista cuenta que actualmente no hay recursos de apoyo para las víctimas indirectas en los casos de feminicidio en Colombia. “Hay, digamos, una oferta interinstitucional; tal vez un apoyo psicosocial por parte del ICBF. Los hijos quedan con los abuelos paternos o maternos si tienen; entonces quedan bajo el cuidado del ICBF. Y realmente creo que al Estado le falta mucho en ese punto”, afirma Silva Maestre.

Respecto a iniciativas sobre este tema, algunas como el proyecto de ley Huérfanos por Feminicidio Colombia fueron radicadas en 2023. Según cifras del Observatorio de Feminicidios Colombia, en los últimos cuatro años más de 700 menores quedaron huérfanos por este delito; en Cesar no hay cifras disponibles.

Lo que busca este proyecto es que el Estado asuma los costos derivados a su educación y manutención, ya que no cumplió con la protección de su madre; al menos debería hacerse cargo del proceso formativo. “La verdad sería bastante pertinente ese proyecto porque hay un inexistente apoyo para esos niños que quedaron huérfanos por el feminicidio de su madre e incluso en muchas ocasiones por el suicidio del padre o por su privación de libertad”, asegura Silva Maestre.

Por: Katlin Navarro Luna / EL PILÓN

Categories: Judiciales
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