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¿Por qué murió un águila casi extinta en Centro de Fauna?

Ana María Morales, bióloga de la Fundación revisando el ave que falleció en el mes de enero del presente año en el Centro de Atención de Corpocesar. Foto: Referencia.

En enero del año pasado llegó al Centro de Atención de Valoración de Fauna y Flora Silvestre (Cavff) de Corpocesar un águila real de montaña, especie en peligro de extinción en Colombia.

Según el propio director del Cavff, Édgar Patiño, el ave llegó al centro de atención en buen estado por medio de un personal de la red que negoció con un campesino del departamento que retenía el ave amarrada. Al comienzo, el campesino llamó para pedir algo a cambio, sin embargo, el personal profesional accedió al ave protegidos por la ley.

Si el ave llegó en buen estado, una de las dudas que surge ahora que se conoce la noticia de su muerte es: ¿por qué no se liberó el ave en ese momento? “En este caso llegó el animal en buenas condiciones. Nos pareció que era importante conocer más del animal y por eso se procedió a esperar para que se le colocara un transmisor”, aseguró Édgar Patiño, director del Cavff.

EL DESCONOCIMIENTO NO SOLO ES EN LA REGIÓN

Con el transmisor de seguimiento que se instalaría en el ave se pretendía hacer seguimiento y estudio de su hábitat y movimientos, porque es poco lo que se sabe del águila en la región. El desconocimiento no es solo en la región.

“En Colombia ni en ninguna país de Suramérica se han hecho estudios sobre el animal (águila real de montaña). Se cree que hay al menos 200 ejemplares en el país, pero en la Fundación Águilas de los Andes creemos que hay menos”, detalló Ana María Morales, bióloga de la Fundación Águilas de los Andes.

Pero mientras se esperaba el transmisor la situación del ave se fue empeorando hasta su deceso el pasado mes de enero.
Primero, con la aparición de un hongo en la uña. Cuando los expertos a nivel nacional llegaron al centro a analizar la situación del ave recomendaron que lo mejor fuera no liberarla en ese estado, relata el director del Centro de Atención donde permaneció el ave un año y 17 días.

“El águila estaba recuperándose bien del hongo en la uña. No sabemos cuál fue el problema y el animal murió”, agregó Patiño. Con la realización de la necropsia se pudo determinar que el problema era en el sistema digestivo. “El hongo no creo que haya causado esa muerte porque ya estaba sana… ya se le había suspendido en un 80 %”, explicó Patiño.

En la necropsia no se determina el sexo del animal, que según el director del Centro de Atención era un macho, aunque en un informe realizado por El Espectador se asegura que “era una hembra real de montaña, especie considerada en peligro de extinción”.

Los veterinarios realizaron la necropsia y detectaron problemas en el sistema digestivo del ave. Foto/Cortesía

Antes de morir en enero de este año, el águila empezó a rechazar la comida. “Se encuentra adherencia después del proventrículo a la pared costal lado izquierdo”, se lee en la necropsia. El proventrículo es un órgano del sistema digestivo de las aves y es el encargado que la digestión funcione bien.

“Entra la comida a la boca, pasa por el buche, baja al proventrículo y después pasa al ventrículo. El proventrículo secreta enzimas para la digestión de la comida que después pasa al ventrículo (estómago muscular) para triturar la comida predigerida”, explicó la bióloga Ana María Morales. Al parecer, fue ese problema el que provocó la falta de apetito en el águila.

EL HONGO Y LAS ENFERMEDADES

Dentro de las posibles causas de la muerte del ave está abierta la posibilidad del entorno. Según explican desde el Centro de Atención de Corpocesar, igual que en las clínicas para humanos, en los centros para atender animales se pueden adquirir infecciones.

En este caso, dentro del diagnóstico presuntivo se detectaron dos infecciones. Lo primero es que el águila sufría una sepsis por traumatismo asociado al entorno, una enfermedad que ocurre cuando el cuerpo tiene una abrumadora respuesta inmunitaria a una infección bacteriana. “Las sustancias químicas liberadas a la sangre para combatir la infección desencadenan una inflamación generalizada, lo que conduce a la formación de coágulos de sangre y la filtración de vasos sanguíneos”, dice el documento consultado.

Eso sumado a la aspergilosis, enfermedad producida por el desarrollo de un hongo en el organismo.

En la Sierra Nevada de Santa Marta y en la serranía de Perijá se cree que sobrevuelan algunas de las 200 que sobreviven en el país.

El nombre científico del águila es Spiazaetus isidori. En la Sierra Nevada de Santa Marta y en la serranía de Perijá aparentemente sobrevuelan algunas de las 200 que se creen sobreviven en el país, atacadas por la tala a los bosques alto andino, hábitat común.

Cuando el águila llega al Centro de Atención se encontraba en un proceso de transición de plumaje. En la necropsia realizada se pudo determinar un plumaje completo en proceso de transición a plumaje de adulto.

Según explicaron, la orden fue no liberarla hasta que su plumaje fuera adulto, sin embargo, las infecciones y desconocimiento causaron la muerte del ave. Ahora, la tarea es determinar si se cometieron errores y aprender para evitarlos en otra situación similar.

Por: DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
defancaro1392@gmail.com

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