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¿Por qué lucen vacíos los Justo & Bueno?

Imagen de referencia.

El pasado 30 de abril el país se sorprendió con el anuncio, por parte de la cadena Justo & Bueno, de una solicitud oficial para acogerse a un proceso de reestructuración de deudas ante la Superintendencia de Sociedades. La compañía fue obligada a pedir esta ayuda para poder reorganizarse debido a que cuenta con un patrimonio negativo por 463.281 millones de pesos y pasivos por 1,68 billones de pesos al cierre de 2020, por efecto de las cuarentenas y las restricciones a la movilidad en varias regiones donde opera.

Dicho procedimiento lo vienen adelantando los socios del supermercado de la mano de la Supersociedades, y Houlihan Lokey, el que es considerado como el banco de inversión líder en el mundo en lo que a asesorar procesos de reestructuración empresarial se refiere. Dicha multinacional fue la encargada de renovar la cadena de descuento Día de España y otras empresas reconocidas en el planeta.

La recomendación de estos expertos es que existen varias alternativas, desde capitalizar con inversión extranjera hasta una venta. La que más fuerza toma es la posibilidad de la venta a grupos de comercio que han expresado su interés. Pero cualquiera de las decisiones que se tome va a requerir de la aprobación de los socios y la Supersociedades.

Revista Semana analizó cómo cambiaría el negocio de supermercados en Colombia y cuáles son los escenarios tras una hipotética venta de Justo & Bueno. Actualmente existen tres tipos de razones que hacen atractiva esta cadena: estratégicas, de competitividad y de conveniencia.

En cuanto a las razones estratégicas, la compra de Justo & Bueno mejoraría el posicionamiento de la marca en el mercado de cualquiera de los supermercados ‘tradicionales’ que operan en Colombia y que han visto cómo las tiendas de descuento han ganado participación de manera acelerada en el mercado durante la última década.

En los últimos años, las tiendas denominadas discounters se han llevado más del 12 por ciento en la canasta de mercado de los colombianos. Solo en el 2020, las ventas de las tres cadenas de descuento (D1, Ara y Justo & Bueno) sumaron 14.5 billones de pesos.

D1 es el mayor discounter: vendió más de 7.3 billones de pesos en 2020, un poco menos que Alkosto, que vendió 7.5 billones de pesos, pero supera a otras tradicionales como Olímpica y Jumbo. Lo que llama la atención es que D1 solo vende mercado. No comercializa textiles, electrodomésticos o viajes, como sí lo hacen otros supermercados; vende más de 700 referencias de productos relacionados con el mercado de las familias.

El tener participación en una cadena de descuento resultaría estratégico para los supermercados tradicionales y más si se habla desde la experiencia internacional. Por ejemplo, en Alemania, país donde los hermanos Albrecht crearon el modelo de hard discount con Aldi, todas las cadenas de supermercados tradicionales tuvieron que entrar en este esquema para no perder más terreno. Allí la cadena Edeka creó a Netto, mientras que Rewe creó a Penny Markt, entre otras. La compra de un discounter le permitiría a los supermercados tradicionales entrar al sector que más rápido crece en el país y mantener el liderazgo que en años atrás tenían.

De acuerdo con Jerónimo Martins, la firma portuguesa que abrió en Colombia la cadena de descuentos Ara, esto sería una movida estratégica, puesto que le agregaría valor en ventas, apalancaría el proceso de expansión y llegaría a regiones donde hoy no se encuentra.

Con información de Semana.

Categories: Económicas
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