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¿Por qué le tememos a la muerte?

La muerte es una de las incógnitas más grandes del ser humano.

El origen etimológico de la palabra muerte procede del vocablo latino mors, mortis que es el que daría lugar con el paso del tiempo al verbo morir. La muerte es el término de la vida a causa de la imposibilidad orgánica de sostener el proceso homeostático. Se trata del final del organismo vivo que se había creado a partir de un nacimiento.

Existen distintos tipos de muerte. En primer lugar, podríamos hablar de la llamada muerte natural que, como su propio nombre indica, es aquella que se produce como consecuencia de la vejez o enfermedad. Por otro lado, está la muerte accidental o por traumatismo violento.

En nuestra sociedad hablar sobre el tema es normal para algunas personas, pero la mayoría tienen la predisposición de sentir algún temor al momento de abordarlo, ya sea porque no quieren morir o les impresiona la muerte de otros.

“¿Qué? ¡por qué me haces esa pregunta! ¿pasó algo?”, fue lo primero que dijo Andrea Paniagua en el momento que EL PILÓN le preguntó sobre sí le teme a la muerte.

Ella, como ciudadana del común, asegura que al escuchar el interrogante inmediatamente le pasaron varios pensamientos de recuerdos por su mente y luego de calmarse manifestó que se asustó porque creyó que alguien que ella conocía había muerto.

“Ah, es eso. No sé si le temo a la muerte, pero por lo menos si me deja muy impresionada, a lo que me refiero es que no le tengo miedo a la mía, no tanto, porque creo que es algo natural y realmente me inquieta saber qué hay después de eso, pero sí le pienso a la muerte de las personas que me rodean, eso sí me impresiona”, explicó.
Su reacción es casi igual a la del resto de las personas, casi todos le temen más a la muerte de sus seres queridos, que a la suya.

“No quisiera perder a las personas que quiero, y solamente pensarlo me hace llorar”, dijo Andrea poniéndole punto final a la entrevista.

Sobre este tema, la siquiatra vallenata Janitza Gómez contó que recibe a diario decenas de personas para ayudarlas a superar problemas en el comportamiento y otros traumas que pueden ser causados en algunos casos por la muerte de un ser querido, amenazas e incluso hechos paranormales.

Ella explica que el ser humano siempre ha tenido la concepción de vida y muerte latente en su crecimiento y evolución y que además una de las principales respuestas a ese miedo es el desconocimiento de lo que hay después de morir.

“Al nacer se respira y llega un sonido del llanto, luego viene en el crecimiento, la procreación para dar más vida y en la edad madura o en el cruce de la pirámide ve como se acerca ese conocimiento del final, donde se generan preguntas del qué hay detrás, qué viene después, cómo quedan los que han transitado e inicia el miedo a lo desconocido con síntomas de angustia, ansiedad e incertidumbre a ese futuro que es en realidad el no proyectado y el seguro”, dijo la siquiatra.

La especialista indicó que la intensidad de miedo depende de la edad. Por ejemplo: “los adolescentes no lo planean ni lo tiene presente, al menos que se encuentren en una situación de vacíos, melancolía o tristeza, culpa o la no aceptación de su identidad o la relación con los demás”.

Mientras que los adultos mayores le temen a la muerte paradójicamente por las buenas experiencias vividas que los apegan a la vida.

“La tanatofobia es el temor desmesurado a la muerte, dónde el miedo viene acompañado de ideas delirantes como vivencia desagradable de la muerte, es ahí cuando el ser humano sí debe buscar ayuda”, concluyó.

¿Qué dice la medicina?
El médico Leonardo Maya que se mueve entre la ‘aguas’ científicas por su profesión y religiosas por su catolicismo, respectivamente, dijo que “sí le temo a la muerte y muchísimo, el temor a la muerte es inherente al ser humano, en todas las religiones, porque no comprendemos o imaginamos que es el final de todo. No podemos comprender que hay del otro lado, la eternidad es un término incomprensible, entonces alcanzamos a imaginarlo por asuntos de fe y religión, no sabemos que viene, pensamos que es doloroso morir, es un misterio. De Ahí el temor”.

Luego afirmó que, “algunas personas piensan que nos vamos a encontrar con Dios y vamos a tener una vida eterna, la ciencia no ha podido revelar nada en ese aspecto. Entonces, no sabemos y como científico creo que no hay nada después de la muerte”.

Una visión más global tiene el científico estadounidense Robert Lanza al opinar que la respuesta a la pregunta ¿Qué hay más allá de la muerte?’, radica en la física cuántica y en concreto en la nueva teoría del biocentrismo.

Según el científico de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest en Carolina del Norte, la solución a esta cuestión eterna consiste en la idea de que el concepto de la muerte es un mero producto de nuestra conciencia.

El profesor explica que el universo solo existe debido a la conciencia de un individuo sobre él mismo. Igualmente sucede con los conceptos de espacio y tiempo, que Lanza describe como “meros instrumentos de la mente”.

En un mensaje publicado en el sitio web del científico, Lanza explica que con esta teoría el concepto de la muerte como la conocemos “no existe en ningún sentido real”, ya que no hay verdaderos límites según los cuales se pueda definir.

“Esencialmente, la idea de morir es algo que siempre se nos ha enseñado a aceptar, pero en realidad solo existe en nuestras mentes. Evidentemente creemos en la muerte porque nos asociamos con nuestro cuerpo y sabemos que los cuerpos físicos mueren”, dijo.

Además explicó que el biocentrismo es similar a la idea de universos paralelos.

“La muerte no existe en ningún sentido real en estos escenarios. Existen todos los universos posibles simultáneamente, independientemente de lo que ocurre en cualquiera de ellos”, acotó.

Otros estudios
Por muchos años se ha especulado sobre la muerte y lo que ocurre después de ella. En 2014 la universidad inglesa de Southampton publicó una investigación que puede dar algunas pistas.

Se trata de un estudio de más de 2 mil pacientes que en los últimos años sufrieron un paro cardiaco en 15 hospitales distintos del Reino Unido, Estados Unidos y Austria.

Esto demostró que el 40 % de los sobrevivientes afirman haber estado conscientes durante dos o tres minutos después de su muerte.

Pero lo que llama poderosamente la atención es que médicos y científicos tienen pruebas de que el cerebro se apaga entre 20 y 30 segundos después del último pálpito. Esto quiere decir que hombres y mujeres mantienen un nivel de consciencia incluso cuando el cerebro ha dejado de funcionar.

De 2.060 pacientes que sufrieron un paro cardiaco, 330 sobrevivieron y 140 afirmaron haber estado conscientes mientras los resucitaban. Muchos no se acordaban de detalles específicos pero los científicos se dieron cuenta que había temáticas recurrentes. Uno de cada cinco dijo que experimentó una sensación de paz, mientras que uno de cada tres afirmó sentir que el tiempo se aceleraba o se hacía más lento. Algunos decían que vieron una luz brillante y otros que tuvieron miedo y sintieron como si los estuvieran ahogando. El 13 % sintió que se separó de su cuerpo.

La vida eterna
Desde el punto de vista de la iglesia católica sí hay vida eterna, así lo expresó el sacerdote Enrique Iceda de la parroquia Divino Niño de Valledupar.

“Una de las características del ser humano es la fragilidad, el ser limitado, que cuando toma consciencia de esa condición pasajera que es la tierra, indudablemente siente temor, realmente lo que hace que el hombre le tema a la muerte es no estar seguro de lo que le espera después de ella, la consecuencia del pecado es la muerte pero no la física, si no el sentido de la vida que es lo que hace sufrir al hombre, y al no tener todo en sus manos se siente impotente frente a esa realidad que le supera”, indicó el párroco que además dijo que el cristiano tiene la certeza que la muerte ha sido vencida y que le espera el cielo y la vida eterna.

El párroco Iceda recordó que ante el inexorable ciclo de la vida es importante permanecer despiertos, en oración y en paz con Dios, los hermanos y consigo mismo con el fin de estar preparados para la muerte.

“Cuando el hombre vive en paz, en las manos de Dios, y con él hay un propósito de amar, la muerte ya no es algo terrible si no una experiencia que nos acerca más a Dios”, concluyó.

El desconocimiento de lo que viene después de la muerte es la principal causa del temor que genera el tema entre los seres humanos.

La siquiatra Janitza Gómez recomienda disfrutar la vida como ese último suspiro. La muerte digna tiene que ver con la aceptación de obstáculos y aprendizaje.

Médicos y científicos tienen pruebas de que el cerebro se apaga entre 20 y 30 segundos después del último pálpito.

“Los que le temen a la muerte es porque tienen incertidumbre, en el fondo no tienen fe, porque no le temeríamos al dolor, a la muerte, a la cruz, si tengo fe, sé que la muerte es la puerta que abre al cielo”: Enrique Iceda, sacerdote.

PUNTOS DE VISTA
Andrea Paniagua: “No sé si le temo pero por lo menos si me causa mucha impresión, sobre todo por la muerte de un ser querido”.

Alberto Díaz: “Creo que todos le tememos a la muerte, porque no sabemos que viene después y es un sufrimiento grande cuando se trata de un familiar”.

Por Tatiana Orozco Mazzilli
Tatiana.orozco@elpilon.com.co

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