La alarma por incendios, especialmente los forestales en la zona rural de Valledupar que preocupaba a las autoridades locales, pasó a otro plano. Ahora los incendios llegaron a las casas y a los negocios, como ha ocurrido en los dos últimos meses en la ciudad.
El seis de diciembre del 2014 fue un día triste para los trabajadores de la ferretería Rino Materiales que en pleno centro de Valledupar se consumió por las llamas. Ese día la alerta llegó al sector comercial sobre la seguridad de sus negocios frente a sucesos como el ocurrido en el local ferretero. Las viviendas familiares no han estado exentas a ello, como los incendios ocurridos en tres casas de la invasión Altos de Pimienta y una más en el barrio Los Cortijos, así como de otros negocios pequeños. El último fue el domingo en la noche en una peluquería de Valledupar.
El Cuerpo de Bomberos de la ciudad que debe atender los llamados de emergencia de la comunidad, cuando reportan las quemas de lotes o de zonas rurales cercanas, ahora debe estar más atento por los casos de incendios caseros, que causan tensión en la ciudadanía. La noche del lunes cuando los kioscos de la Ye en la avenida Simón Bolívar ardían, hubo pánico.
Por eso es importante que los casos de incendios no se vean como casos aislados, sino como un riesgo general que afecta la vida de toda la ciudadanía. ¿Qué pasaría si una casa se incendia en el barrio Siete de Agosto, donde almacenan gasolina de contrabando, o en el corregimiento de Río Seco que es un pueblo mayorista de combustible venezolano? Están preparadas las autoridades para estos escenarios. No se trata de crear alarma ni pánico, pero sí de asumir un papel más proactivo frente a escenarios de riesgos.
Hace pocos días, en el municipio de La Jagua de Ibirico dos personas que estaban detenidas murieron quemados en una celda de la Estación de Policía, y quedó la sensación de que se pudo haber evitado.
Es necesario enseñar a la comunidad cómo evitar incendios caseros, a los comerciantes, a los servidores públicos, a los empresarios, a los docentes y estudiantes. No se puede esperar que sucedan más casos para reaccionar, es el momento de iniciar una campaña para prevenir incendios. Muchas de las conflagraciones ocurridas pudieron evitarse. Hay que generar conciencia y la responsabilidad sobre el uso de electrodomésticos y elementos que puedas causar desgracias.