Nuestra música vallenata ya se encuentra registrada como patrimonio inmaterial de la humanidad, así lo reconoció la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) desde hace ya más de 8 años, hacen parte del acervo cultural de la región vallenata las hermosas obras de quien ha sido exaltado como el padre de la lírica romántica en el vallenato, Tobías Enrique Pumarejo Gutiérrez (1906-1995).
Esta semana se conmemoraron los 15 años del fallecimiento de Rafael Calixto Escalona Martínez, quien ha sido reconocido como uno de los más grandes compositores de todos los tiempos en nuestra música y quien a su vez declaró públicamente que su maestro en el arte de componer canciones fue Tobías Enrique Pumarejo, a quien se le conoció en la región como “Don Toba”.
Cuando se habla del romanticismo en las canciones vallenatas necesariamente tenemos que mencionar a Gustavo Gutiérrez Cabello, y cuando se le pregunta a Gustavo sobre un referente o un maestro que él pudiera tener, al primero que menciona es a “Don Toba”; ello indica que Tobías Enrique Pumarejo es catalogado como uno de los más grandes compositores vallenatos de toda la historia.
Sin embargo, ahora que resido en Valledupar, me he dado cuenta que esta ciudad está llena de estatuas, monedas, monumentos, imágenes, fotografías y muchos otros símbolos que destacan los elementos y los cultores de nuestra música, autores e intérpretes de todos los tiempos, lo cual sin duda es importante y hace parte de la política pública encaminada a mostrar nuestro verdadero patrimonio y riqueza cultural.
Resulta bien curioso, por decir lo menos, que en Valledupar no se encuentre ningún tipo de imagen, estatua o monumento en el que se le haga reconocimiento a quien los expertos y los mismos compositores vallenatos resaltan como uno de los más grandes, Tobías Enrique Pumarejo Gutiérrez. Me pregunto: ¿cuál podría ser la razón para que esto esté sucediendo?
No encuentro una respuesta lógica y sigo con inquietudes como: ¿por qué los vallenatos dejaron plasmados en libros el nombre de “Don Toba” como uno de los más grandes de la historia de esta música, por qué si varias de sus canciones son inmortales clásicos como ‘Mírame fijamente’, ‘Las Sabanas del Diluvio’, ‘Callate corazón’ y ni se diga de ‘La víspera de Año Nuevo’, ¿los vallenatos tienen su nombre y su imagen tan olvidados?
No encuentro una explicación a estos interrogantes y en esta columna en la que ya se ha vuelto costumbre hacer diagnósticos y proponer remedios, hacemos un angustioso llamado a las autoridades administrativas y culturales a corregir este imperdonable y fatal error.
No me cabe la menor duda que en las parrandas que se dice se hacen en el cielo, Rafael Escalona, Luis Enrique Martínez, Leandro Díaz, Abel Antonio Villa, Alejandro Durán, Gabriel García Márquez, Consuelo Araújo y el doctor Alfonso López Michelsen, por solo mencionar algunos, tienen a Tobías Enrique en un pedestal de honor, mientras nosotros acá en la tierra hacemos gala de una colosal ingratitud con “Don Toba”.
Colofón: buena parte de los medios nacionales e incluso algunos internacionales registraron la triste noticia del fallecimiento en Valledupar de Elvira Maestre Hinojosa, conocida popularmente como “Mamá Vila” a sus 87 años de edad, madre del artista más popular del vallenato Diomedes Díaz y abuela de varios cantantes y músicos que hacen parte del legado del “Cacique de la Junta”. Esta matrona había convertido su casa en un museo y era una de las mujeres más queridas en la región, paz en su tumba.
Por: Jorge Nain Ruiz Ditta