Una obra pictórica representativa de la ciudad como lo era el mural del pintor Germán Piedrahita (Q.E.P.D), denominada ‘Valledupar Tierra de dioses’, ubicada en la entrada del Concejo Municipal, frente a la plaza Alfonso López, fue borrada por parte de la administración municipal y esto ha generado malestar entre algunos ciudadanos.
Lo que antes era un lugar colorido, donde se condensaba las mitologías y cultura de la región, propicio para fotografías de propios y extraños, hoy es una escuálida pared blanca, que ha suscitado diversos comentarios en las redes sociales en contra del gobierno local.
El exalcalde de Valledupar, Elías Ochoa Mendoza, calificó el hecho como un exabrupto. “A mi juicio esto constituye un detrimento patrimonial, porque si bien es cierto que el maestro Germán Piedrahita no cobró por el mural, el municipio hizo una inversión en pintura y en todos los materiales necesarios para su construcción. El verdadero valor fue la obra que hizo Piedrahita, que se hizo de manera espontánea y desinteresada, y que se conservó durante las diferentes administraciones. Esta decisión por lo menos debió ser tema de debate”.
La hija del maestro Germán Piedrahita (quien fue gestor cultural, fundador de la Escuela de Bellas Artes y director de la Casa de la Cultura de Valledupar), Ángela Piedrahita Betancourt, rememoró que la realización de la obra que hoy genera polémica.
“Recuerdo estar pequeña en la Plaza Alfonso López con mi mamá sufriendo al ver a mi papá trepado en el andamio y sin protección alguna, trazando las figuras que después estarían llenas de color. Ese fue el mural por el que caminamos al frente con su ataúd después de ser homenajeado (póstumo) en la Casa de la Cultura. Es otro duelo; no me lo creo”.
Agregó que “considero que una ciudad que no preserva su patrimonio cultural está condenada a ser mal representada por otros ajenos a su idiosincrasia. Y no se trata solo de la memoria de él, sino de la iconografía de la ciudad. Ese es el valor que la persona que dio la orden de borrarlo”.
¿Qué pasó?
“Hicimos una solicitud a la Alcaldía pidiendo intervención porque la pared donde estaba el mural generaba peligro para los funcionarios del Concejo de Valledupar al estar fracturada y el riesgo que se desplomara, pero nunca pedimos la destrucción de la obra de arte. El Concejo no tiene nada que ver con eso; el edificio está bajo la responsabilidad del alcalde”, explicó el presidente del Concejo, Yesith Triana.
Aclaró que el edificio de la Alcaldía está a cargo del municipio, donde el representante es el alcalde y el secretario general tiene la responsabilidad de los bienes del municipio.
Cuando EL PILÓN indagó sobre la situación a los secretarios de Cultura, Tomás Darío Gutiérrez, y de Gobierno municipal, Gonzalo Arzuza, no dieron explicaciones del tema, asegurando que no era un tema de su resorte y que no tenían información al respecto.
Sin embargo, al finalizar la tarde, el secretario general de la Alcaldía Municipal, José Lechuga, se comunicó con EL PILÓN y dijo que “este suceso se dio por el mal estado de la pared donde estaba el mural, que amenazaba con desplomarse, la cual es la fachada del Concejo Municipal, lo cual fue puesto en conocimiento por los diferentes presidentes del ente. Esta pared sufrió a raíz de la vejez. Había grietas de más de 10 milímetros y por allí se ingresaba el agua, y como era de adobe o barro finalmente escurría el agua. Si bien la pared se veía completa, el trasfondo era hueco”.
Acerca del mural
‘Valledupar Tierra de dioses’ fue diseñado y pintado en el año 1990 por el gestor cultural Germán Piedrahita y un equipo de cuatro artistas: Alex Díaz Wity, John Arias, Shelon díaz Wity y Eduard Martínez. En sus representaciones se destacaban los mitos más representativos de la región: la leyenda vallenata y de Francisco el Hombre, así como los principales símbolos de las etnias indígenas: el poporo y su vestimenta. También se resaltaban la presencia de los elementos naturales característicos del Valle: la Sierra y el río, como fondo natural para todas las danzas típicas y los instrumentos. El mural incluía el acordeón, el principal instrumento del folclor de la región.
Puntos de Vista
Armando Iguarán
Fui testigo de los diseños de Germán de este mural en Bellas Artes, donde se entregó en cuerpo y alma a tratar de hacer un diseño donde quedara plasmado la esencia del arte y mitología vallenata. Él entregó su ser por el progreso de la cultura y lo poco visible que tenía plásticamente se la borran de una forma tan bárbara. Esto es un ‘genocidio’ cultural y un atentado al arte de Valledupar. Aquí no solo borraron el legado de Germán, borraron el legado de la cultura y de los artistas de la región
Walter Arland
Han borrado un mural de manera arbitraria, actuando como los talibanes o en la guerra del Medio Oriente, en su época, cuando destruían obras de arte. Cómo se va a borrar algo que era emblemático, que hacía parte del patrimonio de obras de arte del municipio. Los artistas nos sentimos agredidos con estas acciones porque se trataba de un legado pictórico. Ya no sería raro que tomaran una mona y destruyeran las glorietas de la ciudad o el monumento de ‘La Revoución en Marcha’, que está en la Alcaldía
Yull Núñez
Valledupar al igual que muchas zonas de la Costa Colombiana es un sitio donde se escribe poco y se dice mucho, por lo que una de las maneras más representativas para contar nuestra historia es a través de algo tangible y que mejor que una manifestación pictórica como los murales, que cuenta la idiosincracia e historia de un lugar de otra forma. Estoy molesto con este suceso. Fui uno de los curadores de una intervención que hicieron en el 2010 o 2011 con Alex Witt y Alex Betancourt
Por Annelise Barriga Ramirez / EL PILÓN
Annelise.barriga@elpilon.com.co