La Sociedad de Ingenieros del Cesar cumple este primero de septiembre 40 años desde su creación. La SIC, por sus siglas, es una entidad sin ánimo de lucro de carácter académico científico y gremial que tiene por objeto fomentar el estudio de las ciencias y sus aplicaciones en pro de la ingeniería y el progreso. Hace parte de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, creada hace 136 años.
En el cumplimiento de ese objetivo han hecho un trabajo responsable, valiente y disciplinado para que la ingeniería en el departamento, especialmente la relacionada con obras públicas, mejore sus resultados.
Desde la sociedad, como sector privado, han insistido en que las condiciones en la contratación pública deben cambiar. Las reglas del juego no están siendo justas. En esa lucha se han enfrentado a poderosos, y por eso desde EL PILÓN reconocemos el trabajo hecho por estos profesionales durante 40 años.
Anhelamos, y seguro buena parte de la ciudadanía, que la Sociedad de Ingenieros del Cesar siga fortaleciéndose y pueda cumplir otros 40 años más. Porque todos valoramos su misión: “Propugnar por la intervención de los ingenieros en todas las actividades que le sean afines, velar por la ética profesional, estrechar los vínculos de unión entre sus socios, propender por la defensa y mejoramiento de la profesión y velar por el estricto cumplimiento de la ética profesional”.
A veces cuestionados, es un buen mensaje que en el gremio, que integra a los contratistas constructores, se busque la ética profesional como fin.
Destacamos la insistencia de la Sociedad para que las administraciones con honestidad apuesten por los profesionales de la región. Como decía un artículo publicado meses atrás: “Igual se deben preferir los profesionales de la Arquitectura y la Ingeniería para estimularlos como creadores de una riqueza, intangible pero real, que es nuestra identidad cultural al demostrar que ellos son tan capaces a nivel profesional como cualquier otro, venga de donde venga. Si de algo se ufanan las ciudades que han progresado es de haber vinculado a su propia gente al desarrollo de sus regiones, aquí nuestra dirigencia hace lo contrario, nos traen profesionales que desconocen todo lo que es nuestro entorno vital”.
La Sociedad buscó con persistencia la adopción de los pliegos tipos para evitar los ‘pliegos sastres’ que a su amaño venían ejecutando los gobernantes y algunos contratistas para limitar la amplia y legítima concurrencia de quienes aspiraban a obtener un contrato de obra. Esa contratación, además de limitar el progreso de la ingeniería y las empresas, ha sido el instrumento de financiación de las campañas electorales y la anulación de las buenas obras, las buenas políticas, y la administración pública. La SIC fue incorporando otros ingenieros, ya no solo los civiles, y sus miembros se acercan a los doscientos. Y da toda la importancia a desarrollos modernos basados en la tecnología y la preservación ambiental. ¡Felicitaciones a los ingenieros cesarenses! Los invitamos hoy a las 6:30 p.m. al foro que hemos convocado para ese emblemático aniversario.