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Por el restablecimiento de los valores humanos

Algo sobre

Por: José Romero Churio

La inversión de los valores humanos es uno de los flagelosque provoca mayor perjuicio a la humanidad. Por esta creciente situación, la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en procura dela reversión de los valores perdidos, tanesenciales para la convivencia en armonía, en 1951 proclamó el 10 de diciembrecomo el Día Internacional de los Derechos Humanos. Asimismo,en el año 2003,dispuso el 9 de diciembre como el díaInternacional de Lucha contra la corrupción.
Sin embargo, pareciera que tales conmemoraciones desencadenan efectos contrarios. Por  ejemplo; en nuestro país, la vida, lo  másimportantede los seres humanos, poco o nada vale. Ya que, tanto la corrupción como la violación de los derechos humanos, pululan como el mototaxismo en  Valledupar y la venta de gasolina venezolana en la Paz, entre otras acciones ilegales, más inmorales que las dos mencionadas. En realidad, da tristeza decir que enpocos países nos superan en la práctica de tan dañinas conductas.
Si comparamoseste singular fenómeno colombiano con gráficos de pirámides, sin duda alguna, obtendríamos una imagen invertida, donde la cúspide de la figura estadística no alcanzaría a tener  el uno por ciento de poblaciónintachable; en otras palabras, más del 99% de los colombianos caen en la gran franja compuesta por corruptos empedernidos y violadores consuetudinarios de los derechos humanos.
Sin temor a equívocos, podríamos decir, que las generaciones colombianas nacidas después del asesinato del caudillo popular, Jorge Eliecer Gaitán, han vivido en permanente zozobra bajo la asechanza de un sangriento conflicto armado interno, derivado en gran parte por estas circunstancias en mención, generador de desplazamiento forzoso del campo a las ciudades con alto desempleo  y aumento de miseria en tugurios carentes de las mínimas condiciones de bienestar, además  de otros problemas sociales como el narcotráfico, promotor de mayor corrupción, heredada de los españolesproclives a toda índole de irregularidades, por las cuales todos los días muere gente sin distinción de edades ni género.Lo más triste de esta dolorosa realidad colombiana es que quien más sufreesla población pobre, cuyas consecuencias, lamentablemente, son numerosas y funestas.
Bajo estas circunstancias y ante tanta desigualdad económica, el esfuerzo de la ONU siempre será baldío o insuficiente,ya que por lo general, la gente pudiente es la dirigente, cuyo máximo interés  esmantener los privilegios que deja sin oportunidades de vida digna a la mayoría de los menesterosos, y sólo algunos de ellos logran salir del marasmo de la pobreza. Pero, lo peor es que un alto porcentaje de estos nuevos ricos son más inescrupulosos y, por ende, siguenacumulandofortunacon brutal arribismo.
En las mismas andan los políticos, quienes en sus campañas proselitistas, prometen defender los derechos humanos sin distinción de ninguna clase y luchar sin descanso en la erradicación de la corrupción, pero a la vez gastan exagerada cantidad de dinero comprando votos.Con tal paradigma es obvio que si salen elegidos, lo recuperaran del erario presupuestal, menoscabando la inversión social y el progreso general.

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