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Pongámonos serios con la educación

Por: Oscar Ariza Daza

La semana pasada, los estudiantes vallenatos salieron a vacaciones, después de un semestre lleno de tantos descansos.

Se volverá a hablar de educación cuando los resultados de las pruebas Saber Pro, realizadas por el Icfes, demuestren una vez más que falta mucho compromiso para que nuestra región pueda tener una estrategia que garantice calidad educativa a sus estudiantes.

Da la impresión de que nuestra hoja de ruta educativa no está bien definida en lo que se debe alcanzar para el Cesar y Valledupar, pues en las cifras que siempre presentan al momento de dar un informe de gestión municipal o departamental está la de construcción de colegios y restaurantes escolares entre otros, como si la calidad educativa estuviera asociada sólo a la creación de nuevos megacolegios, llamados así por tener cantidades de salones, pero con poca infraestructura educativa para garantizar una permanencia plena y satisfactoria de los estudiantes, para que  se desenvuelvan en un ambiente agradable a ellos.

Seguimos ocupando puestos irrisorios a nivel nacional en la pruebas Saber,  porque las autoridades educativas a nivel departamental, local y escolar no se han detenido en el análisis de las inconsistencias y dificultades en el proceso educativo, para buscar una solución responsable y honesta que nos permita corregir  errores y seguir buscando el camino hacia la calidad.

Aún nuestras autoridades siguen desconociendo la importancia de la Facultad de Ciencias Básicas y Educación de la Universidad Popular del Cesar para asesorar y evaluar los procesos educativos a nivel de preescolar, básica y media en el departamento. Más de una veintena de doctores y postdoctores en educación en el alma mater del Cesar, deberían ser involucrados por las secretarías de educación en la elaboración de un modelo educativo que nos ayude a superar la crisis en que estamos.

Falta compromiso con la capacitación docente. Se vuelve imperativo que nuestros maestros tengan alta formación a través de maestrías y doctorados, para que sus conocimientos sean impartidos principalmente en los niveles de preescolar y primaria, porque allí están muchas de las bases para alcanzar buenos resultados, pero sobre todo, necesitamos seguimiento y control , una evaluación constante a los procesos; así lo hacen países como Finlandia y Cuba, que entendieron que sin maestros de calidad, sin seguimiento y control continuo de las funciones a desempeñar, la educación no puede avanzar.

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