X

Politiquería, corrupción y crisis hospitalaria

Esta semana visitó a Valledupar la nueva Ministra de Salud, Beatriz Londoño, con una comitiva de alto nivel que incluía,  también, al Superintendente Nacional de Salud, Conrado Gómez, entre otros funcionarios del alto gobierno,  quienes se reunieron con el Gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, su secretario de Salud, Rafael Bolaños Guerrero, y también con el Alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales y parte de su respectivo equipo de gobierno.

La Ministra y su equipo lograron conocer, podríamos decir que de primera mano, la problemática de la salud en el departamento del Cesar, afectado por los mismos problemas que afronta el sector en todo el país, problemas de financiamiento, retraso en los pagos, corrupción y deficiencias en la atención a los usuarios. Sin embargo, esta región del país adolece de un déficit de camas y de mayor capacidad de atención en cuidados intensivos, centro de atención en salud mental, etc, y otros problemas estructurales que ensombrecen, aún más, la panorámica del sector en la región.

La visita de la Ministra y su ilustre comitiva se dio por instrucciones del Señor Presidente de la República, Juan Manuel Santos, quien atendió una solicitud del gobernador Monsalvo Gnecco, en este sentido. Ojalá la misma sirva para adoptar los correctivos pertinentes y contribuyan a sacar la salud del Cesar de la calamitosa situación en que se encuentra.

Pero, además de la crisis general del sector de la salud, queremos llamar la atención del gobierno nacional, de los organismos de control, del cuerpo médico y de la misma comunidad sobre la situación de los hospitales públicos, principalmente el Rosario Pumarejo de López, el Eduardo Arredondo, que operan en Valledupar, y los de Aguachica y Chiriguaná, principalmente.

Buena parte de la solución a la crisis de la salud del departamento depende de la buena administración de los  hospitales, comenzando por estos los principales del departamento. Estas son instituciones que requieren una administración eficiente, con parámetros gerenciales y técnicos y alejados de la politiquería, la ineficiencia y la corrupción.

No obstante lo anterior, hemos conocido algunas posibles irregularidades en los procesos de elección de los gerentes de estas instituciones. En algunos círculos del sector se habla de tráficos de influencia y de manejo de mucho dinero para seleccionar a las universidades que, a su vez, deben realizar los concursos de elección de estos funcionarios.

Es paradójico, mientras las normas existentes buscan que se realicen procesos técnicos y transparentes para escoger a los gerentes, sucede todo lo contrario, termina politizándose y contaminándose la escogencia de los administradores de estas  instituciones.

Este es un tema de la mayor importancia, que requiere la máxima vigilancia del mismo gobierno nacional y de los organismos de control para que los hospitales no terminen convertidos en fortines políticos y en centros del clientelismo y la corrupción que es todo lo contrario a lo que se buscaba con los procesos de meritocracia establecidos en las normas vigentes.

La selección de los gerentes de los hospitales debe realizarse con transparencia, de manera limpia y abierta, para lo cual se requiere que los mismos gremios médicos, los usuarios y –reiteramos- los organismos de control, al igual que los medios de comunicación estemos muy atentos y alertas. Debemos propender por una selección objetiva y garantizar que a estos Empresas Sociales del Estado lleguen personas idóneas, capaces y comprometidas con el sector de la salud, como un principio para que las mismas inicien el urgente proceso de recuperación que requieren por el bien de sus usuarios, la razón de ser del sistema general de seguridad social en salud.

Categories: Editorial
admin: