Indignación y rechazo ha despertado en los últimos tres días los actos de algunos ciudadanos que han atentado contra el mobiliario del Parque de La Vida de Valledupar. De acuerdo con datos oficiales, personas no identificadas dañaron 9 aspersores dispuestos en el césped del parque y han utilizado los monumentos como “sillas y objetos para balancearse y suspenderse en el aire”.
Así lo dio a conocer un empleado de la empresa Interaseo, quien afirmó que: “La gente no tiene que ver con nada. Se suben en las letras y hasta les meten basura. A más de uno he visto arrancando la grama y mirando que pueden robarse del mobiliario del parque”, dijo este vallenato que prefirió omitir su nombre.
En ese sentido, Loraine Arzuaga, habitante del sector, comentó que es necesario la presencia de “cuadrantes de la Policía o de vigilancia privada para que velen por el cuidado del parque”. Acotando así que, aunque hay una CAI de la Policía Nacional en el parque, los delincuentes aprovechan los puntos ciegos para vandalizar.
“Ya dañaron unos aspersores y si no se refuerza la vigilancia mañana o pasado no amanecerán los caballitos del carrusel de los niños. Aquí la delincuencia no tiene fin al igual que la inseguridad. Es una obra muy hermosa, pero hay que dejarse de cuento, aquí se necesita la Policía al pie del cañón para que se respeten los espacios verdes de la ciudad”, dijo Arzuaga.
La vigilancia
De acuerdo con uno de los vigilantes del Parque de La Vida, en el área hay un patrulla de motorizados con dos uniformados y dos CAI móviles de la Policía que se encargan de la vigilancia. A pesar de ello manifestó que no es suficiente.
“Somos dos vigilantes y a pesar de tener el apoyo de la Policía se necesita más personal. En un turno de 12 horas se necesitan 4 o 5 vigilantes porque el parque es grande. Mientras uno está al pendiente de la zona de los parques infantiles, puede estar presentándose una situación en otro lado”, dijo este vigilante.
Sobre el daño de los 9 aspersores, el personal de mantenimiento explicó que ocho fueron dañados y uno fue robado. “Los dispositivos de riego ya fueron reinstalados y el que fue robado ya se reemplazó. Los aspersores los dañan los estudiantes de los colegios que están alrededor porque los patean”.
Por Namieh Baute Barrios