Un buen amigo mío, al que no si darle el crédito en este escrito, viene hace rato promoviendo la idea de crear una especie de policía de la música vallenata para que vigile, investigue y sancione a todo aquel que la profane, que la ofenda o que la maltrate, así sea en grado de tentativa, como se dice en lo penal.
Somos muchos los que estamos de acuerdo con esta clase de iniciativa e incluso estaríamos dispuestos a integrar algunas de esas instancias de juzgamiento, que bien podríamos llamar El Tribunal del Vallenato, como una máxima instancia donde se sancione drásticamente tanto a personas naturales como jurídicas.
Me he llenado de requisitos para escribir esta columna en la cual quiero denunciar lo que está ocurriendo en algunos festivales de música vallenata a lo largo y ancho del País. Me habían hablado maravillas del Festival de Acordeoneros y Compositores de Chinú, Córdoba, incluso en el Cuna de Acordeones de Villanueva observé una delegación que se dedicó a promocionar ese evento vallenato de la sabana y hablaban de una jugosa premiación.
Muchos saben que me fui para Chinú e inclusive hice varios programas en vivo y en directo por redes sociales y televisión por cable, hablé maravillas del evento, en especial del encuentro de compositores, en el que desfilaron buena parte de los mejores de la época dorada de nuestra música, sin embargo, hoy con tristeza debo manifestar que ese y otros festivales que no paguen los premios a los participantes o los paguen tardíamente, se deben acabar de manera fulminante.
He conversado con algunos participantes y manifiestan su absoluta inconformidad, porque en la fundación que organiza el Festival de Chinú no hay quien dé la cara y lo que se rumora es que cuando paguen, si es que pagan, los premios serán de montos mucho menores a los que ofrecieron.
Pero bueno, si por allá llueve, por acá no escampa. En Urumita tampoco han pagado, en La Paz al parecer está ocurriendo lo mismo y en La Jagua del Pilar pagaron extemporáneamente.
Como todos ya sabemos que la mayoría de estos eventos son financiados por las alcaldías municipales, los organizadores priorizan los gastos relacionados con artistas invitados, con infraestructura y logística y lo último que pagan son los premios, dicen en Urumita y La Paz que si la Alcaldía les aprueban el informe final podrían pagar antes de que se acabe este año y los pobres concursantes ganadores esperanzados en ese pago para ver si recuperan algo de la inversión y estrenar en navidad o año nuevo, como es costumbre.
En el Código Criminal Vallenato debe existir un capítulo dedicado a las sanciones de las personas jurídicas organizadoras de festivales y una de las más graves faltas debe ser el no pago o pago tardío de los premios, con lo que se haría acreedor a la pérdida de la personería jurídica de la organización y no permitírseles volver a organizar este tipo de eventos, y al presidente de la organización, como diría el maestro Enrique Diaz (QEPD) “Cójanlo, póngalo preso, que está haciendo cosas malas”
COLOFÓN: No podemos seguir permitiendo que continúen disfrazando conciertos y fiestas de toda índole con el nombre de festival vallenato y que haya plata para pagar reguetoneros y músicos de pacotilla, pero no haya plata para pagar los premios de los ganadores de los concursos. Así que profesor Efraín ‘El Mono’ Quintero ejecutemos su idea de crear la policía, los juzgados y los tribunales del vallenato.