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Poesías de Ruth Ariza

HISTORIA DE UNA VIDA

El viento abanica sus ramas,
Se retuercen y gimen los troncos,
esta misma briza estremece mi alma.

Al vaivén de los recuerdos….
aterrizo suavemente en mi infancia:
me sentí dueña de todo el universo,
sancochitos con hojas y agua
en ollas diminutas de barro.

El juego a la Marisola,
Blandas muñecas de trapo.
Pedazos de ladrillo que eran la panela,
Pesadillas con el Cuco,
la Llorona y los espantos.

Casitas de cartón
Con dormitorio y sala.

Agita sus brazos el aire
Y cambia mi alma de espacio,
Me lleva a la juventud:
A un primer amor,
Aún acariciar con las miradas,
a un suave encuentro de manos,
que tímidamente se entrelazan,
A las iniciales de su nombre
en la piel de un árbol perpetuadas.
A una serenata, a un heliotropo,
Que dejó su aroma en nuestras almas.
A un corazón que se sale del pecho,
Al recibir la primera carta.
Y mi espíritu inquieto vagando en el tiempo,
Se detiene en la madurez:
en el amor a los hermanos,
en el servicio a los demás,
en el deseo de siempre darnos,
sintiendo que nada es nuestro,
porque al morir…. todo lo dejamos!

INVITACIÓN A FORMAR SINDICATOS

Mesa maternal que nos das alimentos,
Escoba diligente que nos regalas el aseo,
nevera con el corazón helado,
siempre lista a refrescar las penas.
Bombillos con los ojos muy abiertos
Que iluminas nuestras faltas.
Plancha que con tu calor
desarrugas las tristezas.
Fogón que, con tus largos brazos,
nos preparas alimentos:
¡os invito a formar sindicatos,
por salarios jamás recibidos!

LAS LÁGRIMAS DE LOS ÁRBOLES

Las lágrimas de los árboles
Son sus hojas secas;
Por eso en su desahogo,
las van desprendiendo,
como se desprenden
suspiros y lágrimas,
cuando de amarguras
el alma está llena.

Pero hoy madrugué a ver mis almendros:
No había una hoja en la arena,
Era que los árboles estaban enamorados,
y por las noches,
habían convertido en flores sus penas

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