En la Constitución de 1991 fue establecido un sistema para integrar las cortes de tal manera que ningún gobierno en su periodo pudiera hacer mayorías evitando así la politización; sin embargo, aprobada la reelección de la “seguridad democrática”, se alteró su composición, en especial de la Corte Constitucional.
Tengo entendido que ahora cada gobierno puede hacer elegir dos miembros de la sala decisoria de la CC a cambio de uno antes de la reforma. Para aquellos gobiernos que tienen intenciones hegemónicas, las decisiones judiciales suelen ser malas cuando no favorecen sus intereses políticos y por ende comienzan un proceso de macartización y desinstitucionalización judicial tal como lo vemos ahora en el proceso contra Uribe.
Si bien cada juez puede tener sus propias convicciones ideológicas, la hermenéutica jurídica por amplia que sea, no puede desbordar principios mínimos constitucionales y de ley, y por ende, los fallos deben estar sujetos a la normatividad existente, justa o no. Estos fallos son mucho más exigentes cuando los emite un cuerpo colegiado porque es poco probable que la mayoría decisoria comulgue la misma ideología.
Ahora, es difícil que un jurista sea de izquierda aceptando que toda regla tiene sus excepciones. Los abogados están formados para defender el sistema jurídico existente, siempre están pensando en las leyes, códigos y decretos para armar sus estrategias de defensa o ataque. Aquí no queda tiempo para especular con cambios sustanciales en el Estado, todo es obediencia a la normatividad; en una democracia los juicios no son de derecha ni de izquierda, son jurídicos y los argumentos que presenten las partes en disputa tienen que venir de la normatividad existente, del marco jurídico.
Como estudiante universitario participé en varios procesos del orden nacional como el que hicimos en todo el país contra la presencia de los Cuerpos de Paz en Colombia, una lucha ideológica nacionalista; otras eran simplemente refriegas académicas. Cualquiera podría imaginar que el liderazgo universitario lo ejercían los estudiantes de derecho pero no es así; eran los estudiantes de aquellas profesiones que tenían más contacto con la realidad del país; siempre estaban los estudiantes de sociología, ingeniería y medicina; los de derecho, por lo general, aceptaban el statu quo, manteniéndose al margen de los procesos contestatarios. Y, si así eran como estudiantes, no creo que como jueces vayan a evolucionar cualitativamente hasta ideologizar un fallo judicial.
Por el contrario, conozco abogados que siendo estudiantes eran tan radicales que querían replicar la revolución cubana en Colombia; ahora son grandes defensores del imperio de la ley y del orden; podrían hacer grandes contribuciones teleológicas, pero ¿para qué?, están en su salsa, de eso viven. Los profesionales del derecho aplican para casi todos los cargos públicos, el Estado está lleno de abogados y no creo que estén interesados en que las cosas cambien ni que las cortes se politicen, a menos que haya una dictadura que algunos añoran y proponen: una sola corte para domeñar.