A raíz de un documento preparado por un grupo de gentes de ciencia del Pacto Histórico en el cual se visibilizan ciertos conceptos que sobre el Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación deben adoptarse, ha surgido una polémica acerca de su contenido.
Allí, se plantea el concepto de que la ciencia ha tenido carácter hegemónico y patriarcal, esto es, la ciencia, pese a ser absoluta durante la vigencia de sus paradigmas, puede estar al servicio de alguien y revisarse; la ciencia tiene sus dosis de relatividad; durante dos mil años se aseguró que el átomo era indivisible hasta que Bohr y Rudherford determinaron lo contrario.
La mecánica clásica de Newton fue acotada por la teoría de la relatividad de Einstein, la geometría de Euclides fue revisada por Lobachevski; todo es relativo. Los defensores del purismo científico sostienen que la ciencia está por encima de las ideologías, pero eso también es relativo. Se dice que el objetivo de la ciencia es descubrir las leyes que rigen los fenómenos de la realidad, comprenderlos y explicarlos, esto es, describir, explicar y predecir tales fenómenos con el fin de mejorar la vida humana. Eso en teoría es verdad. ¿Por qué, entonces, se logró primero, desintegrar el átomo para producir la bomba atómica, que encontrar la vacuna contra el paludismo? Claro, los intereses geopolíticos del mundo desarrollado primaron sobre las víctimas tercermundistas donde más afecta el paludismo.
En pleno siglo XXI, 77 años después de estallar la 1ª bomba atómica, aún no se tiene esa vacuna; habría que preguntarse cuáles hubieran sido los resultados si los EE.UU fueran el objetivo de la malaria. Durante la 2ª guerra mundial, la ciencia estuvo al servicio de la guerra, no de la humanidad. ¿Por qué las investigaciones de Nicolas Tesla en materia de generación y transmisión eléctrica no se comercializaron siendo viables y económicas? ¿Por qué el motor de cuatro tiempos con base en el agua no se adoptó? ¿Será que las multinacionales que manejan la industria petrolera lo impidieron? ¿Por qué la práctica del fracking no advierte sobre sus implicaciones ambientales letales y solo se concentra en los negocios?
Las investigaciones tecnológicas realizadas para el sector agropecuario quizás no han sido pensadas en el campesino del mundo; si bien la productividad se ha incrementado en el campo, las mayores beneficiarias han sido las multinacionales que han adelantado la investigación a tal punto que la modificación genética en granos ha obligado a los agricultores a comprar la semilla a los dueños porque la mazorca modificada o hibridada no germina. ¿De qué nos sirve un híbrido productivo del maíz si tenemos que importarlo? La serie de herbicidas e insecticidas producidos ha generado nuevas plagas creando la necesidad de su aplicación al infinito. ¿Será que estas investigaciones se han hecho pensando en la humanidad? Por eso el documento del PH habla de ciencia hegemónica y patriarcal, cuya existencia es difícil negar.
Algunos columnistas no científicos y otros con el epígrafe de tal han puesto el grito en el cielo descalificándola; aquí participaron ocho personas vinculadas al campo del saber, con muchos títulos nacionales e internacionales que las respaldan, grupo del cual quizás salga el nuevo ministro (a) de Ciencia y Tecnología. Si bien este documento aún no hace parte oficial del programa de gobierno de Petro, pero podría servir para revisar ciertos paradigmas nacionales no verificados. Una de las propuestas de este documento es retomar y analizar los conocimientos ancestrales desarrollados y aplicados en milenios por las comunidades primitivas sin caer en la brujería y la chamanería. P.ej., ¿Por qué no hacer control biológico reemplazando ciertos insecticidas por el zumo de ají picante? ¿Acaso, el caduceo o vara de Esculapio, símbolo de la medicina moderna, Hipócrates para los romanos, no es tomado de un mito griego? Sobra tiempo para rasgarse las vestiduras.