X

Pobreza, inequidad y región

El lunes pasado se cumplió el primer año del Voto Caribe, que motivó la participación de más de dos millones y medio de electores, en una iniciativa que busca lograr una mayor autonomía en materia de planeación y ejecución de de las políticas públicas para las distintas regiones del país, pero, en particular, de los departamentos que integran la Costa Atlántica.

Fue un fenómeno político interesante, que unió a la clase dirigente costeña en torno a un viejo anhelo de la Costa, y logró comprometer el apoyo de todos los precandidatos presidenciales, incluyendo al actual presidente, Juan Manuel Santos Calderón.

Hay que volver a comentar que el Voto Caribe no surgió de la noche a la mañana, sino que por el contrario es el capítulo final de un deseo antiquísimo de la Costa, desde la Liga Costeña, hace más de un siglo, pasando por el Corpes, los Foros del Caribe, más reciente y el lanzamiento del Compromiso Caribe, a finales de 2007.

No nos cansaremos de insistir en que uno de los principales problemas que tiene el país es su altísima pobreza, como también su alta inequidad, es decir es muy grande la brecha entre ricos y pobres, y esa situación genera “cuellos de botella” al desarrollo económico, malestar social, inconformidad y hasta violencia, como lo han demostrado muchos estudios realizados por destacados economistas y sociólogos.

En Colombia tenemos un alto índice de pobreza por ingresos, que bajó en los últimos años del 54 al 45 por ciento; pero también son altos los índices de indigencia, que se estiman por encima del 16 por ciento. También son altos los índices de desigualdad, medidos por el clásico índice de Gini, cercano al 0,55 por ciento, que ubica a nuestro país como una de las sociedades más desiguales de América Latina y del mundo.

Esos graves problemas de pobreza e indigencia son aún mayores en algunas regiones y cientos de municipios del país, como consecuencia de un desarrollo planeado desde el centro y sin tener en cuenta, debemos insistir sobre ello, las distintas necesidades de las regiones.

De allí la importancia del lanzamiento de políticas económicas y sociales encaminadas a reducir la pobreza y la marginalidad, como la que acaba de lanzar el gobierno del Presidente Santos, a través del programa Unidos, que coordina el Alto Consejero para la Prosperidad, Samuel Azout. Pero adicionalmente a la lucha contra la pobreza, la indigencia y la inequidad social, se requieren programas y políticas dirigidos a luchar contra la gran desigualdad que existe entre las distintas regiones del país.

Para lograr reducir esa brecha se requiere la constitución del Fondo de Compensación Inter-regional, propuesta que nació de dos destacados economistas costeños, y la aprobación de la Ley de Ordenamiento Territorial, para que el país pueda avanzar en una institucionalidad distinta en materia de la planeación, distribución y ejecución del gasto público, teniendo en cuenta las distintas necesidades de las regiones y principalmente de las más pobres.

Esta semana, cuando se cumple un año de ese movimiento que fue el Voto Caribe, se requiere que los Congresistas de la Región, y los actuales gobernadores, y los candidatos a sucederlos, vuelvan a plantear el tema ante el alto gobierno, para que esa lucha no se quede en el vacío y se pueda concretar el apoyo a la misma, brindado por el Presidente Santos, en recursos, programas y proyectos para todas las regiones en el Plan de Desarrollo próximo a aprobarse. De lo contrario, pasarán otros cuatro años más y el manejo centralista de la administración pública será el que se imponga, como ha sido en los últimos cien años. Volvamos con entusiasmo a ondear las banderas del Voto Caribe; sus ideales y objetivos hoy están más vigentes que nunca.

Categories: Editorial
admin: