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Pobre academia

Es extraño lo que sucede en la Universidad Popular del Cesar. Preocupa lo que ocurre en la institución, donde cada día se enreda más la trama de esta película que parece más una pelea por poder político que por intereses académicos. EL PILÓN ha difundido las posiciones de los estudiantes, de los miembros del Consejo Superior Universitario y del Consejo Académico, y apoya una solución que beneficie los intereses académicos, por eso no se entiende por qué insisten en un paro que finalmente perjudica la estabilidad académica de los alumnos.

Es conocido que el grupo de estudiantes que apoya y promueve el paro no llega a los 300, cuando la UPC tiene 13 mil alumnos, de los cuales casi 12 mil están en la sede de Valledupar (la mayoría provenientes de municipios del Cesar, La Guajira y Magdalena), un bajo porcentaje si se tiene en cuenta que son más los estudiantes que quieren regresar a clases a terminar su semestre, como lo están haciendo los más de 1.200 alumnos de las sedes de la UPC en Aguachica y Codazzi que prefirieron no sumarse al paro.

Los docentes y directores de departamentos de la Universidad presentaron en un reciente Consejo Académico sus informes sobre el estado del cumplimiento académico, que está en un 90 por ciento y había tiempo en las dos semanas (esta que está corriendo y la próxima) para terminar el semestre con los exámenes finales y habilitaciones. Sin embargo, los estudiantes insisten en continuar el paro, a pesar de que sus ‘peticiones’ o ‘exigencias’ fueron evaluadas y evacuadas tanto por el Consejo Superior Universitario como el Académico: derogatoria del Acuerdo 037, congelación del incremento del valor de la matrícula 2015, que viene congelada desde diciembre del año pasado.

El caballito de batalla era el Acuerdo 037 que eliminaba la consulta estamentaria y la reelección de rector, y este fue reversado por el Consejo Superior, además que fue un acto administrativo que no vio la luz porque el presidente del CSU nunca lo firmó y por lo tanto no fue publicado oficialmente por la Universidad. Por eso el Consejo Académico en su sabio entender invitó a los estudiantes a reanudar clases el 10 de diciembre, pero en una asamblea los estudiantes decidieron que no regresaban porque no “estaban cumplidas todas sus peticiones o expectativas”.

Este es un paro que en redes sociales ha generado un intenso debate y se habla de intereses políticos y de apoyo de altos directivos de la Universidad, y no descartan denuncias contra el rector Jesualdo Hernández y su vicerrector Académico, Raúl Bermúdez, por apoyar el paro.

Ante este panorama, ¿dónde queda la academia y qué se espera de los estudiantes que le están pidiendo al Consejo Académico retomar clases en enero? Es decir, no levantarán el paro y se declararán en sesión permanente hasta que no les resuelvan sus peticiones. ¿Qué buscan los estudiantes, los docentes y directivos que apoyan el paro?

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