Para alzar nuevamente su voz de protesta por la desaparición del mural del extinto Germán Piedrahita, denominado ‘Valledupar Tierra de Dioses’, un grupo de artistas, gestores culturales y estudiantes, apoyados por la Fundación Amigos del Viejo Valledupar, Aviva, protagonizaron ayer un plantón a las afueras del Concejo de Valledupar, donde presentaron públicamente un manifiesto, que contó con la firma de decenas de ciudadanos.
En el escrito expresan el dolor, la tristeza, impotencia y temor que les ha suscitado lo que catalogan como un “atentado y arbitrariedad cometido por la Alcaldía de Valledupar con brocha y pintura blanca, ante el mensaje de desprecio e irrespeto a la cultura vallenata”, aseveró Joharie Guatier Carmona, uno de los líderes de la actividad.
Los firmantes recalcan que “nadie está por encima de la comunidad y de la Ley para mandar a destruir un bien público y patrimonial; ningún gobernante puede actuar como censor o echar al olvido una obra que ha contribuido a la construcción de la identidad de un pueblo y ha afianzado el carácter cultural de la ciudad de Valledupar; y nadie puede decidir por sí solo sobre la valía de una obra y sobre el futuro de un bien patrimonial”.
Por lo anterior, consideran que la destrucción del mural Tierra de Dioses de Valledupar, elemento destacado desde hace más de 20 años del paisaje de la plaza Alfonso López, responde a un acto arbitrario, cometido en silencio, con negligencia de su valor artístico y simbólico.
“La desaparición de esta obra pictórica constituye una afrenta al patrimonio de todos, y por extensión, un ataque a la identidad del pueblo que representa. Indiferentemente de los gustos o criterios de cada uno, toda obra que haya sido instalada en un lugar público y financiada con dinero público, es digna de reconocimiento y se merece el respeto de toda la comunidad”, expresa el manifiesto.
Agrega que “el enorme descontento expresado tras la destrucción del bien patrimonial, que aquí se evidencia no responde a ninguna afiliación política o ideológica, sino al dolor genuino provocado por la destrucción de un bien público a manos de la Alcaldía de Valledupar. El acto de terror que ha conllevado a la desaparición del mural Tierra de Dioses exige disculpas públicas hacia la memoria del difunto Germán Piedrahita y toda la comunidad dolida por la pérdida del bien patrimonial. Este tiene que recuperarse y, por lo tanto, la Alcaldía debe, de manera abierta, establecer los contactos y los procesos necesarios para ir en esa dirección”.
Los querellantes puntualizaron que “el gran homenaje a Germán Piedrahita es su propia obra, y no lo que pueda resultar de algunos actos organizados como consecuencia de un desastre patrimonial. Exponemos un mensaje de máxima alerta con el que se quiere crear un precedente: no se permitirá que ningún bien público sea borrado de la faz de este pueblo, sin los procesos previstos por la Ley y las reglas elementales de convivencia”.
Annelise Barriga Ramírez/ EL PILÓN
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