Que difícil es escribir con el alma adolorida y con el corazón destrozado, donde teniendo la idea me ha sido confuso desarrollarla, distinto a cuando me enfrento a la hoja blanca de papel con la mente del mismo color. El tema a pesar de ser rutinario, de todos los días, porque a diario se nos mueren seres queridos, familiares o amigos entrañables de esos que uno siente con su desaparición dolor, confusión y un poco de inconformidad, no encontraba como iniciarlo, pero comencé y cuando escribo la primera letra me pasa como cuando abro una pluma y el chorro no se interrumpe si no cuando lo cierro nuevamente.
Hay muertes que impactan por lo sorpresivo y que duelen mucho por el buen estado físico del fallecido: me explico, estuve departiendo con él, con mi amigo hermano Pedro Guillermo Olivella Araujo ‘Piter’, hacia dos días y lo vi en óptimas condiciones y me sorprendió ‘Marcelito’ cuando me dijo que estaba en la clínica en muy malas condiciones y fue así porque rato después él mismo Marcelo me informó que había muerto el hermano de ‘Juanca’, de Álvaro, Nelsy y Óscar y otros que a pesar de conocerlos no les sé el nombre, el esposo de ‘Amelita’, el papá de Juan Pablo (arquitecto), Carlos Adolfo ý José Ignacio (médicos), Ana María (politóloga), Lida María (ingeniera) y Óscar Iván (abogado), pero principalmente el hijo del viejo don Pedro Olivella y la señora Irene Araujo, el criado por ‘Munda’ con cariño y esmero, el que se hizo Ingeniero en la UIS y fomentó una gran amistad con Rodolfo Campo, pero también con el ícono de la grandeza del hombre público que tenemos en el Cesar, Pepe Castro, que lo distinguió recién egresado, nombrándolo como Secretario de Desarrollo cuando fue Gobernador, el agricultor y ganadero distinguido y juicioso, el que se integró a nuestro grupo de dominó como anotador oficial al lado de Emiro Guerra y el profesor Socarrás, recibiendo a veces insultos porque no apoyaba las picardías de ‘Marcelito’, Fausto Cotes, ‘El Turco’ Yalil, William Mardo, ‘Toño’ Maya, ‘El Negro’ Rois, Hilario Añez, Juan Pablo, su ahijado, Bernelys López, ‘Juancho’ Pinto, José Martínez, Egberto Gutiérrez y Emilio Vence, pues él ni en juego practicaba la deshonestidad cuando le insinuaban alterar el conteo de pintas.
Me cupo el inmenso honor de escribir su nombre con las fechas que nos marcan ( – †) en su bóveda por petición de su hermano Óscar, que me entregó una pequeña astilla para hacerlo y así lo hice, pero le agregué “El buen todo” y me vi obligado en pocas palabras, porque el llanto no me dejaba a explicarlo: El buen hijo, el buen hermano, el buen esposo, el buen papá, el buen abuelo y el buen amigo. Ese era Pedro Guillermo, ‘Piter, a quien dos días después de haberlo visto sano, se murió y lo enterramos en La Paz al lado de sus viejos: Pedro e Irene.
Chao hermano y sigue al lado de Dios, de tu Dios y el mío practicando lo que siempre hiciste: servir, servir y servir como lo hace ese hombre que fue tu paradigma y ejemplo Álvaro Uribe Vélez.