Dos particularidades, adicionales a sus malos nombramientos y salidas en falso para organizar una coalición de Gobierno, marcan al presidente Gustavo Petro, cuando se acerca a su primer año de mandato: los viajes al exterior y la impuntualidad.
Sobre los viajes, podemos recordar a Andrés Pastrana y a Iván Duque como los presidentes más viajeros, tantos viajes que no sirvieron de mucho, al fin y al cabo, sus gobiernos han sido los peores de nuestra historia reciente; pero por el mismo camino va Gustavo Petro, en 10 meses de mandato lleva 20 viajes al exterior con diferentes destinos: Lima, Nueva York, Caracas, Praia, Sharm el-Sheij, Roma, París, Ciudad de México, Brasilia, Caracas, Santiago de Chile, Davos, Toulouse, Buenos Aires, Quito, Caracas, Santo Domingo, Washington, Madrid, Lisboa, La Habana, Berlín y París.
Algunos importantes, como la visita a Joe Biden para adelantar una agenda estratégica en temas de narcotráfico, migración y cambio climático, otros realmente innecesarios, como repetir viaje a Francia 3 veces, ir a Europa dos veces en una semana y su último viaje a Bélgica, a la cumbre de la Celac para presidir un evento retórico, que no le deja nada al país; mientras el colombiano de a pie, lucha por sobrevivir a la violencia, el alto costo de vida y las dificultades en salud, pobreza y desempleo en un país como Colombia que vive un momento verdaderamente crítico.
Por otro lado, la impuntualidad del presidente Petro ya superó los límites, este rasgo se ha vuelto recurrente y, por ende, molesta a la opinión. Un comportamiento nocivo que manifiesta desprecio por el tiempo de quienes se ven afectados. Esta semana les tocó el turno a los habitantes de San Andrés que se reunieron para conocer el trascendental fallo de la Corte Internacional en La Haya y aunque el mismo presidente Petro había anunciado su presencia en el archipiélago ese día, no llegó; los raizales pretendían explorar vías para sacar adelante a la isla, que hoy vive sus peores días, por el tema de la baja en el turismo por la quiebra de las compañías aéreas de bajo costo.
Pero sus cambios en la agenda no son aislados, ya antes había fallado a la cumbre de Asobancaria, a la posesión de magistrados de las Cortes Suprema y Constitucional, también a los habitantes del Chocó los dejó esperando 5 horas y tampoco cumplió la cita con el Consejo Nacional de la Juventud, menos a la ceremonia de asensos militares, ni a otros eventos donde se requiere la figura presidencial para lograr encuentros con sectores que buscan soluciones a las diferentes crisis, adecuar políticas públicas viables, sostenibles y realizables.
Sin embargo, a Petro parece importarle un pito lo que digan y es que no se trata solo de falta de cortesía o mala educación, esto genera malestar y ofende a quienes esperan, denota arrogancia, prepotencia y hasta negligencia. Algunos aseguran que al presidente no le gusta madrugar, otros que no sabe calcular los tiempos. Carreta pura. Ya es hora que entienda que su cargo es para trabajar 24/7 por el país y su gente, que si quería dormir o vivir más relajado no debió aspirar.
Presidente, el país está mamado de su incumplimiento e impuntualidad. En serio, es un irrespeto que la gente no merece, algo que usted debe corregir porque le está afectando y es uno de los ingredientes que ha incentivado el descenso de su popularidad.
Por: JACOBO SOLANO C.* / @JACOBOSOLANOC