Cuando inicialmente dijeron que Petro era el candidato “fuerte” para derrotar a Iván Duque, ni el mismo Petro se lo creía y terminó aceptando su candidatura y perdió. Cuatro años después Petro “reaparece” al mismo estilo de los políticos tradicionales diciendo que no era candidato, que le apostaba a un acuerdo nacional y no solo convocó a la izquierda del país, también llamó a los conservadores, liberales y demás actores de los 34 partidos políticos del país.
Finalmente, Petro se convirtió en el primer presidente de la izquierda de Colombia y muchos pensaron que iba a gobernar con sus “banderilleros” y sus pares, pero no fue así porque incluyó en su gabinete a casi todos los partidos tradicionales. Varios gamonales están en su gobierno. Varios de ellos muy cuestionados.
Dos años después, hoy, Petro ha dicho en repetidas ocasiones que después de tantas décadas de gobiernos de derecha, él está dispuesto a todo, menos a entregarle el poder político a la misma derecha para que deshaga lo que él está construyendo a favor de las clases menos favorecidas.
Es decir, Petro está construyendo de manera soslayada el camino de la relección y aunque diga que no, yo no confío en ese no. Incluso hoy doy como seguro que Petro abrirá la oportunidad de reformar –por primera vez en su gobierno- la Constitución del 91, para su reelección, en una muestra de su contundencia electoral y no dejarse apabullar de la derecha del país que ha hecho de todo para frenar sus políticas contra la corrupción, el saqueo y la protección a los desvalidos.
Seguramente, el presidente Petro apurará la forma legal de reformar la Constitución del 91 a fin de perturbar políticamente a la derecha colombiana y demostrarle que aún tiene poder electoral. Probablemente todo se adelantará con el pronunciamiento de la Sala Plena del Consejo Nacional Electoral que decidió abrir investigación formal a la campaña que eligió a ‘Petro Presidente’. La decisión señala que formula cargos a Gustavo Petro y Ricardo Roa (gerente) por presunta violación de los topes de financiación.
Ahora viene para Petro una batalla jurídica que buscará no llegar a la Comisión de Acusaciones del Congreso porque allí tiene minoría. Entonces, es casi segura –sino hay un acuerdo político entre Petro y la oposición- que el caso pase a la Comisión de Acusaciones.
Toda esta serie de hechos seguramente terminarán en apurar que Petro busque la forma legal de reformar la Constitución para hacerse reelegir. Muy pronto tendremos noticias de ello.
Se recuerda que hace tres años se cumplieron los primeros 30 años de la conformación de una nueva Constitución Política de Colombia (1991) y desde entonces casi todos los presidentes han hecho reformas a la misma. Desde entonces han pasado varios presidentes: César Gaviria Trujillo (hizo 3 reformas), Ernesto Samper Pizano (hizo 4 reformas), Andrés Pastrana Arango (hizo 7 reformas), Álvaro Uribe Vélez (hizo 15 reformas y entre ellas la reelección), Juan Manuel Santos (hizo 19 reformas) e Iván Duque (hizo 7 reformas).
En los actuales momentos se vienen proyectando nuevas reformas a la columna vertebral de la juridicidad colombiana. El problema no radica, sin embargo, en los cambios sino en la naturaleza de los mismos. Los colombianos desean tener una constitución sólida, basada en principios sólidos, afianzados sobre profundos cimientos y no una carta política de poco peso, sólo porque así es de más fácil manipulación por parte del legislativo. Hasta la próxima semana. tiochito@hotmail.com.
Por: Aquilino Cotes Zuleta