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Pese a las inversiones hay más necesidades

Gabriel Campillo, exdirector programa Valledupar Cómo Vamos.

Para nadie es un secreto que el departamento del Cesar es el mayor productor de carbón del país que genera compensaciones por la explotación de recursos naturales no renovables, que se denominan regalías, no por el hecho de ser un regalo sino por el daño ambiental que realiza la extracción de dicho producto.

Es innegable entonces que el gobernante “teóricamente” invertiría dichos recursos de destinación específica, en sembrar las “regalías” y mitigar el efecto ambiental que produce la actividad minera, procurando con dicha inversión, disminuir la Necesidades Básicas Insatisfecha (NBI) de los residentes del departamento, “rico” en recursos naturales pero “pobre” en la mentalidad de sus dirigentes convertidos en una “cleptocracia”, cuyo fin es esquilmar el erario.

Pensaría que la “inversión pública” del departamento del Cesar y sus municipios mineros, realizada a través de la ejecución del presupuesto público en el transcurrir de su historia, mejoraría las condiciones de vida y el bienestar de sus moradores, pero inexplicablemente no ha sido así. Hagamos un somero análisis de la historia reciente.

Según el Dane con la realización del censo poblacional de 2005, el Cesar contaba con el 44,53 % de su población con Necesidades Básicas Insatisfechas y luego de todos los planes de Desarrollos elaborados y presuntamente “ejecutados” el mismo organismo certifica en junio de 2012 que las personas con NBI en el Cesar eran 44,73%.

Es decir, el contrasentido total, luego de esos “ríos de dinero invertidos” producto de las regalías entregadas, en vez de haber sido el aliciente para mejorar el bienestar de su gente se ha convertido en la desilusión más grande de la historia de Cesar cuando se ha visto que la situación ha empeorado.

Lo patético del hecho es que la situación no tiene visos de cambiar o morigerarse, en informe del Dane1, el departamento del Cesar con población de un 1.028.890 habitantes en el año 2015 tiene indicador de personas con NBI del 45 %; es decir, es totalmente inefectiva la inversión pública que gobernantes vienen haciendo; la inversión per cápita o por persona es de un millón 390 mil 451 pesos.

Se preguntará amigo lector ¿cuál es la importancia de analizar el indicador NBI?, ¿para qué sirve y cuál el sentido de este escrito?
Teóricamente el Estado, cualquiera que sea su nivel, Departamental, Municipal, Distrital o Nacional, tiene la obligatoriedad legal de elevar el bienestar de la población en el entorno de su división político administrativo. En consecuencia, elaboran los planes de Desarrollo Nacional, Departamental, Municipal o Distrital. Este plan es la ruta que sigue cada administración para cumplir con dicha obligación y contiene entre otros, los presupuestos de inversión para su realización.

El sentido de este análisis es contribuir en la formación de opinión sobre la efectividad de las administraciones en el desarrollo de los gastos de inversión pública, realizados para tal fin y medir la bondad de dicha inversión en el cumplimiento misional del Estado.

DEPARTAMENTO DEL CESAR
GASTOS DE INVERSIÓN 2012-2015

valores en miles
NOMBRE
2012
2013
2014
2015
AGROPECUARIO
11.897.430
9.193.934
4.335.054
15.425.123
AGUA POTABLE Y SANEAMIENTO BÁSICO (SIN INCLUIR PROYECTOS DE VIS)
39.020.486
61.338.749
48.819.384
53.740.646
AMBIENTAL
7.070.584
7.374.970
3.280.601
3.584.230

ATENCIÓN A GRUPOS VULNERABLES – PROMOCIÓN SOCIAL
9.151.836
23.756.562
23.275.960
10.031.849
CULTURA
6.646.974
8.401.637
10.337.066
9.208.178

DEPORTE Y RECREACIÓN
11.932.836
31.932.045
32.037.991
50.867.459
DESARROLLO COMUNITARIO
1.772.769

EDUCACIÓN
320.745.327
362.543.651
381.400.982
414.246.207

EQUIPAMIENTO
34.589.922
27.219.600
20.676.489
14.620.871

FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL
22.697.624
30.500.051
27.896.926
9.584.490

GASTOS ESPECÍFICOS DE REGALÍAS Y COMPENSACIONES
1.401.977

JUSTICIA Y SEGURIDAD
6.041.417
10.152.039
16.254.467
42.901.181

PREVENCIÓN Y ATENCIÓN DE DESASTRES
889.438
1.402.834
234.534
1.012.955

PROMOCIÓN DEL DESARROLLO
12.899.703
11.423.031
3.223.759
7.563.615

SALUD
138.278.751
106.220.940
106.673.836
75.952.136

SERVICIOS PÚBLICOS DIFERENTES A ACUEDUCTO ALCANTARILLADO Y ASEO (SIN INCLUIR PROYECTOS DE VIVIENDA DE INTERÉS SOCIAL)

5.921.628
980.916
206.146
195.308

TRANSPORTE
62.495.608
145.775.115
181.262.134
160.034.567

VIVIENDA
4.681.492
17.402.661
7.918.628
7.982.510

Total general
698.135.802
855.618.735
867.833.957
876.951.325
Fuente: Consolidador de hacienda, FUT, Ministerio de Hacienda y Crédito Publico

Las NBI tienen los componentes de vivienda, servicios, hacinamiento, inasistencia y dependencia económica. En consecuencia, tanto los planes de desarrollo, como los presupuestos de inversión tienen que estar en simetría con estos componentes para que la inversión sea efectiva. No obstante, se asombra el lector cuando se percata que para la administración que actúo entre el cuatrienio 2012-2015 fue más importante el “fortalecimiento institucional” que la atención de grupos vulnerables de la población, que la promoción del desarrollo o de la vivienda.

Es decir, las necesidades de los pobladores van por un lado y diametralmente opuesto van los gastos de inversión para morigerar o mitigar dichas necesidades, lo que no es razonable en el contexto de los fines de la acción del Estado.

La Gobernación del Cesar en el último cuatrienio invirtió una cifra superior a los 3.200 millones de pesos, tal como se demuestra en la compilación del Ministerio de Hacienda, no obstante el indicador de personas con necesidades básicas insatisfechas aumentó del 42,73 % al 45 %; lo que demuestra la inefectividad de la inversión pública de dicha administración que induce a pensar que nuestros gobernantes hacen parte de una “cleptocracia”, cuyo único propósito es esquilmar el erario, porque es inexplicable que tal magnitud de dinero no haya impactado mínimamente el bienestar de la población.

Por ello no existe arraigo de los beneficios de la inversión pública, no se responde a las necesidades de la población, se tendrá que decir, que no solo se trata de una “sinfonía” de obras inconclusas sino que es una “tambobanda” de “cleptocratas” que llegaron, tocaron, alardearon y el Cesar sigue en el derrumbe de círculos de pobreza, aplazando tanta necesidad de sus gentes, quitando oportunidad de vida a muchos para el enriquecimiento de pocos.

Todo esto ocurre no a espaldas de los órganos de control sino de frente a ellos porque las cifras están ahí y no se dignan a cotejarlas, analizarlas e iniciar la misión de ellos de sancionar las omisiones que se constituyen en detrimentos patrimoniales y en erráticas gestiones que ameritarían sanciones en otras esferas del mundo.

Esta situación acontece de frente al sector privado, que no se interesa por lo que sucede con los impuestos que se pagan, a sabiendas que si al departamento le va mal al sector privado le irá peor. Pero esto también sucede de frente a centros de estudios universitarios que prefieren dar la espalda y no les interesa dónde van a realizar el proyecto de vida de tanto joven que llega a dichas instituciones con la esperanza de obtener un futuro mejor.

Con un sector agropecuario poco generador de valor agregado, se convierte el departamento del Cesar en el departamento de los “desesperanzados de Colombia”, porque la juventud de éste no ve luz al final del túnel y no tienen para dónde ir.

Por Gabriel Campillo

1 DANE, https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Inversiones%20y%20finanzas%20pblicas/Cesar%2015.pdf

 

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