Fortalecer el programa de Cesar Siembra, que contiene los lineamientos para el desarrollo del sector agropecuario a largo plazo, activar las cadenas productivas, mejorar el sistema de irrigación; seguir jalonando recursos públicos, privados y extranjero, son las principales proyecciones del sectorial de agricultura del Cesar para el 2017. Así lo expresó el secretario de Agricultura, Carlos Eduardo Campo Cuello, en entrevista con EL PILÓN.
¿A qué cultivos le están apostando en 2017?
Existen 10 cadenas de valor que estamos apoyando y que creemos que es lo más idóneo para el Cesar: cafés especiales, cítricos, palma de aceite, pesca, piscicultura, aguacate, cacao, mango, ciclo corto, leche y carne. En estos sectores vemos que le podemos sacar el máximo provecho, no porque lo digamos en la Secretaría de Agricultura, sino porque lo respaldan proyectos tan serios como el Diamante Caribe.
¿Cuál es la cadena productiva más débil en el Cesar?
La cadena más débil deberá ser medida por la pobreza de sus integrantes. Hoy la cadena de pesca y piscicultura es muy pobre, donde existen 12 mil pescadores en el territorio. Ser pescador en Colombia es sinónimo de pobreza, puesto que no logran con la faena diaria los dos salarios mínimos vigentes para tener una vida digna. Por ello, tenemos que tratar de empujarla, hacer un trabajo muy claro con la Aunap (Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca) para lograr una pesca sostenible y que adicionalmente migremos a la piscicultura, que tiene una opción en los mercados. Queremos implementar otras técnicas como las jaulas flotantes, que permite el desarrollo de una pesca más sostenible”.
¿Cuál es la cadena productiva más fuerte en el Cesar?
Hay cadenas que están organizadas como el de palma, donde existen 88 mil hectáreas sembradas, con 68 mil hectáreas en producción, con 10 extractoras generando integración de valor. Teniendo presente que el Cesar es el segundo productor de aceite de Colombia y el segundo con mayor área sembrada; Colombia es la potencia latinoamericana en tema de palma nos indica que es una cadena fuerte que tenemos que seguir acompañando porque nos genera 26 mil empleos y la posibilidad de que 764 palmicultores puedan crear desarrollo.
También resalto cadenas como los cafés. Si bien en el Cesar tiene 8.500 familias que dependen del café y 29 mil hectáreas, que son pequeños, pero que rápidamente puede llevarse a que generen unos ingresos significativos.
En la leche y carne si bien hay unas inversiones importantes y el Cesar tiene el quinto hato cárnico del país y uno de los hatos lecheros más importantes que tiene el trópico bajo; tenemos que trabajar mucho en la productividad de esta cadena de valor si queremos hacerla más competitiva.
¿Cómo se prepara la Secretaría de Agricultura para el verano?
Venimos trabajando en la rehabilitación de los minidistritos de riego para generar unos proyectos y bases de fortaleza hídrica que nos lleven a no depender más de que el departamento esté o no esté en verano.
Cuando se ve que el departamento solo el 3.9% de su área tiene irrigación y vemos que tiene 640 mil hectáreas disponibles, siendo el sexto departamento con mayor área disponibles para ser desarrollado dentro del sector agropecuario. Tenemos que aumentar nuestros sistemas de irrigación para no depender si hay escasez o abundancia de agua. También miramos cómo podemos prepararnos con ensilaje y jalonar diferentes ensilajes que nos permitan de alguna forma bajar el impacto que pueda tener esta época de sequía”.
¿Cuál es la recomendación que les da a los productores para que estén a la vanguardia?
Soy un profundo admirador de los líderes gremiales del sector agropecuario del Cesar, de la tenacidad que han tenido para salir adelante después de tantas complicaciones.
El principal desafío son las brechas tecnológicas. Tenemos que avanzar en la productividad de cada eslabón productivo del sector agropecuario. Nuestra insistencia en que tengamos la mente muy abierta a las inversiones que vengan al territorio, porque éstas traerán condiciones tecnológicas.
¿Qué fue lo más difícil de su sectorial en el 2016?
Creo que lo más difícil fue rescatar las esperanzas de un sector agropecuario. Los gremios se sentían desanimados con justa causa, por todo lo que han vivido estos últimos tres años con embates agroclimáticos, por las altas deudas del sector. Si bien seguimos teniendo varias de estas dificultades venimos trabajando con ellos. Hemos realizado cinco Consejos Departamentales Agropecuarios, donde lo hemos incluidos en todos los pasos que realiza la sectorial. Otro de los desafíos fue lograr la articulación de todas las entidades adscritas al sector agropecuario, así como fortalecer y rescatar las relaciones institucionales nacionales con el Cesar.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN