X

Pero, a ver: ¿cuáles carreras de hombres?

Las mujeres ocupan menos del 30 por ciento de los trabajos en STEAM, un término que integra las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas y en la que se encuentran hoy por hoy los campos profesionales de más rápido crecimiento y mejor remuneración. Hace apenas un par de años, la Encuesta de acceso, uso y apropiación de las TIC por parte de las mujeres en Colombia, del MinTIC, mostraba que más de la mitad de las jóvenes encuestadas no estudiaba carreras afines a las tecnologías de la información porque sus familias consideraban que eran “carreras para hombres”.

Es un tema que debemos corregir. Mientras las mujeres no consigan aprovechar al máximo las oportunidades que brinda la tecnología en materia de formación y ejercicio profesional, países como Colombia estarán dejando sin explotar un vasto potencial social, laboral y económico.

Desde la cartera responsable del sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, hemos apostado que vale la pena tomar cuantas acciones estén a nuestro alcance para alentar a nuestras niñas y jóvenes a ingresar a las áreas STEAM.

Por ello, creemos que es importante impulsarlas desde pequeñas, darles nuevas herramientas que les permitan ver al mundo de una forma distinta, proponer soluciones innovadoras, cercanas a sus necesidades y experiencias, pero proyectadas en los fenomenales alcances de estas disciplinas.

Con el programa Chicas STEAM queremos capacitar a 5.000 niñas y jóvenes de toda Colombia, entre los 12 y 15 años, mediante mentorías en tecnologías creativas. Creemos, porque nos lo indican las cifras, que si emprenden con esta formación un proyecto de vida en estas prometedoras áreas, y si se animan a elegir carreras en ellas, lograrán tener un perfil laboral competitivo y rentable. 

No lo digo yo, estudios realizados en la Unión Europea llevan a las autoridades de esos países a creer que reducir la brecha en la formación en áreas STEAM para incluir a más mujeres ayudará a aumentar el empleo y la productividad de ese sector de la población, con lo que, en últimas, se le dan vitaminas a la economía. Para mediados de este siglo, señalan, eso podría traducirse en un dos o tres por ciento de aumento en el PIB per cápita de una nación.

Para hacer que Chicas STEAM sea una realidad y alcanzar este año la meta propuesta, vamos a destinar un presupuesto de 5.350 millones de pesos. Buscaremos favorecer a niñas y adolescentes, incluyendo a aquellas en condición de vulnerabilidad, brindándoles herramientas y capacitación para que se empoderen frente al uso de las TIC y puedan transformar su entorno a través del uso responsable de la tecnología, otro de los factores clave.

Cada estudiante que entre a Chicas STEAM recibirá un KIT de herramientas para desarrollar proyectos de programación, domótica, robótica, automatización o internet de las cosas (IoT). Nos encargaremos de apoyarlas para que tengan acceso, mediante dispositivos como tabletas, a contenidos en una plataforma virtual.

El año pasado hicimos un programa piloto, con el apoyo de Maloka, del que se graduaron 360 jóvenes de Bogotá. Entre tantas cosas para destacar de esa primera fase, me llena de orgullo que el 78 por ciento de las participantes considere que Chicas STEAM  les dio habilidades para transformar su entorno. Eso explica que un 94 por ciento de las niñas y jóvenes de este proyecto hayan manifestado que quieren participar en una segunda fase.

En resumen, no me cabe duda de que hemos avanzado, pero queda aún mucho por hacer. Este debe ser un trabajo de toda la sociedad, del sector público y del sector privado. Todos tenemos que trabajar de la mano para ofrecer oportunidades de educación y de empleo, valorando siempre el rol de la mujer en la sociedad, para que cada joven impactada encuentre en su formación las herramientas para desarrollarse como profesional y como mujer.

En el pasado deben quedar los prejuicios y los estereotipos avejentados que impedían que una niña siguiera su vocación. Bien entrados en el siglo XXI, no se sostiene creer que hay “carreras de hombres”. Otros países ya se benefician del impacto positivo de una fuerza de trabajadoras capacitadas en las áreas con más proyección. Si Colombia no se sube -y se sube ya- a ese bus, ese bus nos va a dejar. 

Empoderar a las mujeres desde su infancia y educar a niñas y jóvenes en áreas STEAM es una ruta concreta hacia un entorno de igualdad y equidad, con mayores oportunidades para todos. Y cuando existen mayores oportunidades para todos, no les quepa duda de que todos ganamos.

Categories: Columnista
Karen Abudinen: