De muy mal gusto para muchos periodistas y presentes fue la actitud asumida y liderada por el Alcalde de Valledupar, Augusto Uhía, durante la celebración del Día Nacional del Periodista que realizó su administración en la noche del pasado sábado en inmediaciones del Balneario Hurtado.
Ya mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan lo habían lamentado en una columna anterior, pues al Alcalde lo ven más pendiente de figurar como cantante, jinete, motociclista, atleta y ahora como locutor, periodista y panelista, en vez de estar pendiente de su administración; es decir, ‘Zapatero a tus zapatos’.
Con motivo del Día del Periodista ya nos tienen acostumbrados los gobernantes que nos invitan para celebrar dicha fecha y casi siempre rifan regalos (grabadoras, memorias USB, etc.), que no debe comprometer en nada nuestra imparcialidad como emisores ni mucho menos que ese evento social pueda servir mañana como pista para acallar la pluma y nuestra voz cuando ese mismo funcionario cometa alguna irregularidad. Ni más faltaba.
En cambio, en un evento similar el pasado 9 de febrero a Tío Nan le cayó bien parte del lacónico discurso que pronunció el Gobernador Franco Ovalle al advertirles a los periodistas que él era un hombre público y estaba a la espera de las críticas y de los juicios, para corregir si se equivocaba, eso es sensatez política. Y compartió también su número telefónico (privado) que manifestó tener hace 25 años, del cual dijo que se equivocan quienes puedan pensar que va a cambiar el número. “JJ me llama todos los días y yo le contesto” y agregó que todo el que necesite una entrevista que lo llame.
Pero se trata hoy de recordarle al señor Alcalde Uhía que en Valledupar hay una estela de magníficos (as) y reconocidos (as) periodistas, preparados académicamente y otros con muchas experiencias para realizar y participar en un panel como el que él dirigió de manera errada esa noche, porque ese no es el perfil del Alcalde, aunque sus séquitos lo aplaudan; el Alcalde se debe a la ciudadanía para mejorar sus condiciones de vida y devolverle la seguridad que tanto clama.
Recuerdo que estuve esa noche en el evento. Aproveché que estaba en Valledupar mi entrañable colega, amigo escritor, compositor e investigador Félix Carrillo Hinojosa y lo convidé. Estuvimos solo dos horas allí, saludando a nuestros colegas.
No justifico que el Alcalde hubiese traído de Bogotá a tres periodistas para agasajarlos y entregarles notas de estilo a cada uno; inclusive, hasta se excedió cuando fue hasta donde servían la cena y les trajo los platos a su mesa, mientras que los periodistas locales presuntamente homenajeados de Valledupar hacían interminables colas.
Lo que menos esperaban los periodistas era que el mismísimo Alcalde se subiera a la tarima a entregar pergaminos a periodistas de Bogotá que nunca habían venido a Valledupar. Tío Chiro pregunta: será que ninguno de los periodistas de Valledupar se merece una distinción por la labor que viene desarrollando en la ciudad, ¿busca protagonismo con la prensa nacional?
Convidados de piedras fueron, señor Alcalde, los periodistas del Municipio, a quienes no les pagaron los pasajes en avión ni los bajaron en hoteles de tantas estrellas ni les pagaron viáticos ni viandas onerosas, como si les brindaron a los tres colegas de Bogotá. Mientras que los comunicadores de Valledupar partieron en taxis y en motocicletas a sus casas. ‘Sabroso así’ como dice el exgobernador Lucas. Hasta la próxima semana.
tiochiro@hotmail.com @tiochiro.