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Periodismo cultural

En un libro que me regaló el filósofo Danilo Cruz Vélez, “La época de la crisis”, publicado por la Universidad del Valle en octubre de 1996 y en el cual es entrevistado por su colega Rubén Sierra Mejía, dice que el periodismo culto que vivió Colombia en el siglo XX es resonancia posiblemente del gran periodismo culto europeo y en especial del periodismo culto español. Informa que  Ortega y Gassett, Unamuno, Rubén Darío y Azorín para solo mencionar algunos, publicaron la mayor parte de su obra en los periódicos.

“Entre nosotros teníamos a don Baldomero Sanín Cano, quien escribía también para los periódicos, en una prosa muy sobria, muy exacta, respaldada por una amplísima información sobre literatura y corrientes culturales. En ese momento había un gran periodismo cultural en todas partes, y aquí en Colombia también lo había. Y nosotros lo aprovechamos para publicar trabajos filosóficos de algún rigor. El de Rafael Carrillo que ustedes reprodujeron hace poco en Ideas y Valores sobre “La rebelión contra los sistemas” es un ejemplo de ello. A pesar de que se trata de un ensayo de la más rigurosa filosofía, apareció por entregas en un diario capitalino”.

Hago la referencia anterior porque el Diario El Pilón está abriéndole espacio a esta clase de periodismo  que debemos valorar. El periodismo culto orienta tanto como un libro. Es posible que a muchos lectores no le interesen los temas culturales, pero debemos tratarlos. Últimamente se han publicado trabajos sobre historia de Rodolfo Ortega Montero y Leovedis Martínez, así como de cultura y  filosofía del derecho de Carlos Arturo Gómez Pavajeau, entre otros.

Nuestra comunidad universitaria está ávida de información y conocimiento. Como sería de bueno que encontraran  en este periódico, el último jueves de cada mes, una página exclusiva dedicada a  este género periodístico en donde muchos intelectuales de nuestra región escribieran sobre temas de actualidad científica,  reseñaran libros, haciendo crítica literaria, entrevistando  autores de libros y de esa manera contribuyan a transmitirle información y orientación a las nuevas generaciones de profesionales que quieran comenzar su vida intelectual. Tenemos las personas preparadas intelectualmente en la ciudad y fuera de ella, solo es convocarlos.

Ese periodismo cultural  deberá integrarse a las demás manifestaciones culturales de la ciudad, algunas consolidadas como la música, otras buscando más espacio como la pintura, el teatro y últimamente el cine está pidiendo pista. Estas tres últimas deberían contar para su desarrollo con el apoyo de los gobiernos departamental y municipal, así como de la empresa privada. Valledupar tiene el elemento humano (muchos gestores culturales), los bienes y servicios para tener una vida cultural activa y vibrante. Contamos con varias Bibliotecas, entre ellas la más importante, la Biblioteca Departamental Rafael Carrillo Lúquez, la Casa de la Cultura, la Academia de Historia, la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Popular, La Alianza Francesa, El Parque de la Leyenda Vallenata, El Centro de Convenciones Crispín Villazón de Armas, El Centro de Eventos Paisaje de Sol, La Fundación Filarmónica del Cesar, el Festival de la Leyenda Vallenata, El Museo del Acordeón en la Casa Beto Murgas, Academias de Música Vallenata,  y próximamente el Parque de la Casa en el Aire. Además, una ciudad llena de monumentos alusivos a nuestra cultura. De manera que los gestores culturales tienen todos los elementos para hacer una programación cultural diferente todos los fines de semana, para propios y visitantes, como lectura de cuentos y poemas, exposición de pinturas, teatro y danzas, entre otras;  pero requieren del respaldo económico de la Alcaldía de Valledupar. Esta ciudad que respira cultura, encuentra refuerzo en un sinnúmero de  universidades que cada día se esfuerzan por buscar  la acreditación de alta calidad, y además tiene cerca una sede de la Universidad Nacional de Colombia. La falencia está en la ausencia de librerías especializadas, porque no todo lo suple el internet.

Con todo lo anterior, podríamos pensar a mediano plazo en la posibilidad de convertir a Valledupar en un Distrito Cultural, previo estudio de su viabilidad y conveniencia, de conformidad con la Constitución Política y la Ley 1617 de 2013.

La realización de la primera Feria del Libro que la casa editorial de este periódico piensa organizar en el segundo semestre de este año, la podríamos considerar al mismo tiempo como nuestro Hay Festival Valledupar, con vocación de permanencia.

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Carlos Elias Luquez Carrillo: