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Percepción de inseguridad 

Que la inseguridad y la percepción de la misma sean temas que, en especial en las ciudades capitales, preocupan a la ciudadanía, no corresponde a algo nuevo y mucho menos a algo menor. 

Aunque no se trata de buscar la calentura en las sábanas y se entiende que existen problemas estructurales y del orden nacional que superan muchas veces a los alcaldes del momento; gustenos o no, se debe tener siempre presente, que las autoridades político – administrativas tienen unas competencias y unas obligaciones en la gestión territorial de la convivencia y la seguridad ciudadana. 

Un alcalde no tiene como ausentarse de la problemática de la percepción de inseguridad o de hacer continuo seguimiento en su municipio, al porcentaje de personas víctimas de delitos y al porcentaje de denuncias. 

Un alcalde no puede dejar de tener presente en términos de encuestas, preguntas como las siguientes:

1. ¿Cómo se siente usted actualmente en el municipio donde vive? (Muy Seguro, Seguro, Inseguro, Muy inseguro).

2. Durante los últimos 12 meses, ¿usted ha sido víctima de alguno o varios de los siguientes delitos? Hurto, atraco, cosquilleo, raponazo, fraude, engaño, paseo millonario. Problemas de convivencia entre vecinos. Hurto de vehículos o alguna de sus partes (autos, motos, bicicletas, todo tipo de vehículo).

3. ¿Denunció el delito del que fue víctima, o no?

Cada una de estas preguntas no escapan a la cotidianidad de los habitantes de las distintas ciudades del país, por lo que cada alcalde en especial de ciudad capital, debe poner el tema de la inseguridad en la agenda de manera principal y con la preocupación que corresponde a esta problemática.

Los alcaldes en materia de seguridad ciudadana deben apelar a los indicadores de percepción y no quedarse meramente valorando los indicadores objetivos.

En varias ciudades capitales del país se están presentando acciones delictivas de grueso calibre, que muestran, que si no se toman acciones el problema empeorará. 

La cercanía o la distancia entre los gobernantes y los ciudadanos está soportada a nivel municipal en la forma como los alcaldes están mostrando la realidad de sus municipios; lo que no puede pasar es que la ciudadanía vea o perciba una cosa y el alcalde o la administración municipal de turno muestre o pretenda mostrar otra. 

Si la ciudadanía está viendo y percibiendo actos de inseguridad, el propio alcalde debe llamar la atención y escalar la problemática a nivel nacional. Si el problema de inseguridad nacional afecta con más énfasis a una determinada capital del país, el mismo alcalde debe mostrar en mayúsculas la problemática frente a las autoridades del orden nacional.

También es el propio alcalde quien en el ámbito interno de su municipio, en los problemas gruesos como el de la inseguridad, debe apretar clavijas; quien sea o haya sido servidor público entiende que en la gestión administrativa los llamados de atención son normales y no corresponden a personalismos, por el contrario buscan acciones de mejora.

La inseguridad o la percepción de la misma, la afectación a la ciudadanía, las políticas de seguridad para las ciudades capitales intermedias, son temas sensibles que corresponden a la gestión de un alcalde. 

Siempre será mejor que en lo público los problemas como el de la inseguridad de un municipio los ponga en la agenda y los escale a tiempo el propio alcalde. 

Se trata de armonizar con el Gobierno nacional aquellos temas de seguridad que sean competencia de la Nación y redoblar esfuerzos en cuanto a las competencias propias. Queda un año, un poco más, el tema de inseguridad desborda. Un alcalde debe asumirlo y está claro que es un asunto de su gestión. 

Uno desea que el alcalde de su ciudad cierre su gestión logrando resultados, no que le vaya mal. Nadie quiere que la problemática de inseguridad desborde a un alcalde y mucho menos que lo queme en su gestión. Los equipos de gobierno de un municipio, son los que más deben preocuparse, para evitar que el propio alcalde sea un fusible.

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Jose Antonio Soto Murgas: