Volver trizas los acuerdos de paz ha sido un mensaje peligroso que el CD convirtió en doctrina; esta es una consigna perversa acompañada de muchas estrategias guerreristas, una de las cuales es la eliminación sistemática de líderes sociales, en especial reclamadores de tierra, de sus tierras, aunque el gobierno siempre dice que no existe sistematicidad. No hay que ser experto en politología y estrategias militares para creer que esta es una forma de minar los acuerdos de la Habana. Además, los anuncios de este gobierno de ejercer fuerza sobre el ELN, mientras se conversa, quizás ponga a este grupo a pensar en la palabra “trizas” porque ahí tienen el espejo de sus similares, las Farc. No hay efecto sin causa. Dicen que en las guerras la primera víctima es la verdad y uno de sus símbolos son los “falsos positivos”. El aberrante ataque a la matriz de la Policía Nacional nos deja preocupados ya que este acto puede ser el prólogo de una espiral de guerra que ya creíamos terminada. Estamos acostumbrados a que nos mientan, pero el ELN ha reconocido su autoría; este grupo ha llegado al límite de la torpeza y de la crueldad, imitando a sus pares, las AUC; de ser así, el mensaje es contundente, las conversaciones han terminado, sigue el conflicto. Las víctimas no eran combatientes sino estudiantes desarmados de estratos bajos, de Juan Pueblo; allí no estudian los hijos de quienes nos gobiernan; fue un acto enfermizo de cobardía. La interpretación de este demencial evento es que si pueden golpear las entrañas mismas de la institucionalidad policial, lo pueden hacer en cualquier otro lugar, específico o indiscriminado. Los que oren que saquen ya sus camándulas y los que no, que al menos saquen un pañuelo blanco, porque viene mucha sangre que solo los vampiros de la guerra saben degustar. Sin embargo, el atentado tiene varios interrogantes, los medios ya los han planteado. Leí un twitter de Enrique Santos Molano, sociólogo y columnista de EL ESPECTADOR, haciendo alusión a otro twitter que la senadora Rosario Guerra escribió minutos antes del atentado, anunciándolo como si ya hubiese ocurrido, pero que enseguida lo borró y replicó igualito después que ocurrió. En igual sentido se dice que el expresidente Uribe se expresó segundos antes. ¿Lo sabían y no dijeron nada? ¿Les convenía? ¿Estarán imbuidos con la premonición? Valdría la pena profundizar en estos hechos porque la más barata de las cortinas es la de humo. ¿Puede un carro fantasma pasearse libremente por las vías de la Escuela de Cadetes? Ocurrió, y si el video sobre Petro, sin muertos de por medio, recibiendo un dinero impactó por muchos días, eclipsando el caso Fiscal-Odebrecht, con este repugnante hecho de sangre volveremos a saber de NHM dentro de dos años cuando ya haya terminado su periodo. ¡Que buenas enseñanzas nos dejó Goebbels!