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Paz con cárcel, un sofisma

Que yo sepa, todos los acuerdos de paz hechos en todo el mundo, entre el Estado y los grupos armados que se han levantado contra este, han terminado sin cárcel para estos. Eso no puede ser el meollo de este tipo de armisticios, las conversaciones y acciones a seguir deben girar alrededor de cuestiones sustantivas, sobre todo cuando muchos de ellos han tenido la consigna de “patria o muerte”.

Las guerras de liberación no están prohibidas en ninguna constitución y es obvio que durante ellas se cometan muchos excesos entre las partes en los cuales se involucra a la población civil. En una guerra, donde la primera víctima es la verdad, ninguno de los actores es un angelito y aquí, dame que te vienen dando. Lo lógico es que durante la guerra todos los delitos, en especial los de lesa humanidad, sean sancionados; y si el Estado vence militarmente al enemigo, el código penal debe aplicarse. Pero si se trata de una negociación consentida por las partes, entonces todo debe ser convenido porque no hay ni vencedores ni vencidos, así uno quisiera la cárcel para tantos criminales, que los hay de lado y lado, la guerra los volvió así.

Por eso, cuando uno escucha a algunos sectores políticos de la Nación pidiendo “paz sin impunidad”, lo que en el fondo pretenden es obstaculizar ese proceso tan anhelado y que tantos daños le ha hecho al país.

En una negociación de esta naturaleza, compleja por cierto, de lo que se trata es de articular los intereses comunes, evitando lo adjetivo, cediendo de parte y parte, buscando el sumun de lo negociable; siempre se ha dicho que de dos males se escoge el menor. Pero si queremos encarcelar a todos los delincuentes, para que sea la justicia la que brille y no el arreglo, es como sacrificar el mundo para pulir un verso, como creen los poetas.

La verdad, si lo que queremos es justicia, aquí faltarían cárceles. De crímenes y criminales está lleno este país pero no las cárceles con ellos; ninguno de los autores de los grandes magnicidios, pese a que se intuye quienes puedan ser, ha pagado cárcel. ¿O es que por torcerle el rumbo a la historia asesinando un caudillo, no hay que pagar cárcel? ¿Quiénes fueron condenados por la pérdida de Panamá? ¿Quiénes por la pérdida de mar territorial frente a Nicaragua? ¿Cuántos de los mentores de la guerrilla en los Llanos Orientales fueron encarcelados? ¿Quiénes pagaron por la creación de la llamada “chulavita? ¿Quiénes por la extinción de la Unión Patriótica? ¿Cuántos de los mentores del para-estado han ido a prisión pese a sus inauditas atrocidades? ¿Quién juzgó a los que se inventaron la guerra de los mil días? ¿O es que hacer de Colombia el segundo país más desigual del mundo no es delito? ¿Por qué tanto corrupto de cuello blanco no va a la cárcel pese a que la percepción ciudadana es que Colombia es el segundo país más corrupto de América latina?

Y los que atentan contra la democracia, ganando elecciones con dineros de la mafia, ¿acaso no son sujetos de penas? Impunidad he existido todo el tiempo en Colombia pero esta ha sido buena o mala según el sujeto que la promueva. Ahora sale una jauría de doble moral a ladrarle a la luna diciendo que ahí viene el lobo. ¡Qué va! Puro maniqueísmo jurídico, sofismas éticos, aquí el que se sienta sin pecado que lance la primera piedra. Cuando el Estado deje de ser el mejor negocio hablaremos de justicia.

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Luis_Napoleon_de_Armas_P.: