“Tengo 62 años y en este tiempo nunca en mi vida había visto lo que está sucediendo con el patrimonio cultural de Valledupar. Me atrevo a decir, como gestor cultural, que en estos momentos la capital del departamento del Cesar está viviendo la peor crisis que podamos apreciar en nuestra ciudad”.
Así se refirió Carlos Calderón al estado en que se encuentran las casas coloniales de la capital del Cesar, en donde evidentemente existe un deterioro, así como el daño en algunos callejones, plazas públicas e iluminación del plan centro.
“Todo lo que nos dejaron alcaldes tan valiosos como el doctor Rodolfo Campo y Aníbal Martínez Zuleta se ha ido al suelo por falta de mantenimiento y de política, de atención de las nuevas administraciones” afirmó el director del Ballet Vallenato.
Calderón mencionó que hace aproximadamente 10 años se ha venido observando el daño en los elementos en donde nace la cultura del Valle del Cacique Upar y recalcó “fue muy vergonzoso que el día que se cumplió el natalicio del doctor Alfonso López Michelsen se hayan hecho una cantidad de eventos en Valledupar y que el sitio que se construyó en su administración, el cual lleva el nombre de su esposa, Cecilia Caballero De López, estuviera en deterioro”.
“El patrimonio cultural tiene una acumulación de problemas. La mayoría de las casas no tienen un solo dueño, hay algunas que tienen hasta 47 dueños y nadie los quiere arreglar”: presidenta de Aviva.
Otro gran ejemplo del mal estado en que se encuentra lo material en Valledupar se percibe en la esquina de la calle 15 con carrera 7, en inmediaciones de la catedral de Valledupar. Allí, en ese viejo lugar, según expertos del folclor, nació una de las importantes piezas de la cultura vallenata, el teatro Cesar. Así también han sido echadas al olvido la casa de José Eugenio Martínez y de Ciro Pupo Martínez, quienes al parecer pusieron su grano de arena en la conservación de lo social de este pueblo convertido en ciudad.
“Realmente parece que las autoridades de hoy día no han pasado por ninguna instrucción cultural que les permita mirar con una visión de conservación de la historia” recalcó Calderón.
A su vez, el gestor agregó “mientras los nuevos alcaldes estén montando en la administración de la cultura a personas que van con el apetito de la voracidad de robarse la plata del mantenimiento no tendremos nada. En 10 años más no podemos hablar de ninguna de las casas patrimoniales”.
Anteriormente el departamento administraba la parte cultural de la ciudad y tal vez el cambio de gobierno hizo, según los líderes en esta materia, que decayera el patrimonio en la ciudad.
Gloria Castro Maya especificó “mientras el patrimonio lo manejó el departamento anduvo bien, pero luego fue transferido al municipio. El apoyo de los gobiernos es nulo. Ya no vienen movimientos de Bogotá, clases de pinturas y de música para docente. Todo eso ha cambiado”.
La también exdirectora de Cultura Municipal recalcó un cambio drástico que tuvo la cultural al momento en que la Escuela de Bellas Artes fue entregada a la Universidad Popular del Cesar, puesto que los estudiantes ya no saldrían como pintores, sino como docentes.
La casa de los Molina Araujo
En la plaza Alfonso López, entre la alcaldía de Valledupar y la iglesia la Concepción se encuentra una inmensa vivienda que también es patrimonio cultural, se trata de la casa de la familia Molina Araujo donde en la parte alta del Palacio Municipal se observa su pésimo estado: techos caídos, maleza y suciedad.
Al parecer el hijo mayor quiso quedarse cuidando la vivienda después de que sus padres Hernando Molina Céspedes y Consuelo Araujonoguera habían desaparecido, afirman los que conocieron de esta historia.
Sin embargo, y al parecer, después de tomar la decisión y de analizar los altos costos que generaban el mantener y conservar la vivienda que es patrimonio cultural, él prefirió irse. Así como sucedió con otros de los herederos.
Historia del patrimonio
Alba Luque, presidente de la Fundación Amigos del Viejo Valledupar (Aviva), afirmó que la situación de conservación del patrimonio cultural inmaterial proviene desde junio de 2000, cuando el Ministerio de Cultura hizo una declaratoria en donde se toma parte de la ciudad y dice que sector se va a salvaguardar. Pero, luego de ello el alto mando no se volvió a preocupar.
Por otra parte, esa complejidad del patrimonio cultural de Valledupar se debe, según Luque, a los más de 40 herederos que a veces tiene una de estas propiedades.
“Conocer los dueños de los predios de la zona histórica es complicado porque muchos de ellos están en manos de herederos, ya no son los padres o abuelos que fueron los habitantes, sino que están en manos de 30 personas, de 40 y eso se sale de las manos porque no se ponen de acuerdo”, mencionó la gestora.
De igual manera, la falta de pertenencia de los propietarios de las casonas ha hecho que la situación empeore, que las obligaciones sean omitidas, aún más cuando el Gobierno Nacional deja, según la presidenta de Aviva, a un lado las compensaciones para salvaguardar el patrimonio, aquel que cuando se restaura significaría desarrollo económico para el turismo.
“Si estamos con un centro restaurado, bonito, la gente sabe, lo ve y lo dice de boca a boca o se promociona. Que aquí se hacen cuatro centros comerciales ¡Magnífico! Pero los turistas no vienen por centros comerciales, porque chiquitos, grandes, pequeños, lujosos hay en todas partes del mundo. Lo que la gente busca hoy día, sobre todo los europeos y japoneses, es untarse de la cultura de los pueblos”, mencionó la distinguida mujer.
Luque agregó “el Ministerio cometió el error de dejarle la responsabilidad del patrimonio a los municipios, porque antes era gobernación y esto segura que este gobernador hubiese hecho mucho y de los alcaldes que han hecho algo son Aníbal Martínez y Rodolfo Campo que hicieron un plan centro”.
¿Qué han debido hacer los alcaldes?
“Agarrar la Ley 388 que da facultades a los alcaldes para expropiar si ven un peligro cultural material que se vaya a destruir. A través de esta norma que constituye el POT del patrimonio, esa ley reconoce también que los propietarios de las casonas tenemos cargas, porque tenemos obligaciones, son casas que permanentemente merecen mantenimiento y por eso tienen que haber compensaciones” aclaró Luque.
Al parecer y según la norma, las compensaciones pueden ser incentivos fiscales, que los servicios públicos sean subsidiados, lo que llevaría a la estimulación de las personas o propietarios a vivir en las casonas.
Sin embargo, por una declaratorio del Ministerio de Cultura las viviendas ya no reciben compensaciones y ante ello y por ser una de las principales afectadas Luque demandó al Municipio.
“El 30 nos vamos a ver en los estrados porque es injusto que no tenga incentivos. No se le puede quitar el valor a una edificación patrimonial porque un Ministerio haya dado una resolución y haya dicho que son ocho manzanas y todas las otras manzanas tienen el mismo derecho”, especificó la líder de Aviva.
El PEMP
Pese a la poca gestión de algunos alcaldes de Valledupar con respecto a la parte cultural la Fundación Aviva reconoció el esfuerzo del mandatario actual.
“Al alcalde Fredys Socarrás hay que darle el reconocimiento de que sí puso atención de los viejos acuerdos que habían entre el Ministerio de Cultura y el Municipio y los puso a funcionar. El Ministerio tuvo que contratar a una firma que es de Bogotá y que es la misma que hizo el POT (Plan de Ordenamiento Territorial)” dijo.
No obstante la Alcaldía tiene el reto de ejecutar El Plan de Especial de Manejo y Protección, PEMP, que costó 589 millones.
Puntos de vista:
Raúl Salgado Díaz, docente
“Para mí el compromiso con la cultura sí la hay, lo que pasa es que no lo clasifiquen para que así nuestra cultura permanezca en la mente de nuestros niños y los que nos visitan”.
Luis Acosta, docente
“Se observa un descuido de manera general en algunos patrimonios culturales de Valledupar, en donde las administraciones que han pasado no le prestan al patrimonio atención”.
Por Merlin Duarte García/El Pilón
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