Los concejales de Valledupar eligieron el lunes pasado al Personero de Valledupar después de tantos impases, peleas y desavenencias. Alfonso Campo Martínez es por segunda vez el personero de los ciudadanos vallenatos, el que debe defender los derechos humanos de la comunidad para que no sean atropellados ni vulnerados.
El rol de las Personerías es claro. Son un ente del Ministerio Público que ejerce, vigila y hace control sobre la gestión de las alcaldías y entes descentralizados; velan por la promoción y protección de los derechos humanos; vigilan el debido proceso, la conservación del medio ambiente, el patrimonio público y la prestación eficiente de los servicios públicos, garantizando a la ciudadanía la defensa de sus derechos e intereses.
Esa definición constitucional se traduce en lo que dijo en su discurso Campo Martínez al referirse a que trabajará de la mano con el alcalde Augusto Uhía y con los concejales que lo eligieron a regañadientes. Y lo mismo hizo el mandatario de los vallenatos en la reunión que sostuvo con el Personero.
Ya hay que pasar la página, sobre todo en el Concejo, cuyos miembros expresaron airadamente después de la elección que se sintieron presionados a elegirlo, síntoma de que están dando palos de ciego. Si no estaban convencidos por qué votaron, tenían otras alternativas.
Los concejales deben pasar la página y ponerse a analizar por qué la Corporación lleva más de cinco años apareciendo en la Encuesta de Percepción del Programa Valledupar Cómo Vamos como una institución desconocido. Las personas encuestadas en las últimas cinco vigencias han dicho que no conocen al Concejo ni lo que hace y la calificación sobre su gestión es de dos sobre cinco.
Eso quiere decir que el Concejo debe recuperar su imagen, mirar a las comunidades, dejar a un lado la politiquería y dedicarse a trabajar de la mano con todos los estamentos de la ciudad.
Hay varios temas para comenzar que merecen la atención y el control político del Concejo: la reconversión de los carromuleros, el coso municipal pendiente desde hace años, recuperar y poner a funcionar el vivero municipal, rescatar el terreno invadido en el cerro de Las Antenas y el antiguo botadero de basura.