Aproximadamente 550 kilos son el peso de la basura que cada uno de nosotros generamos en un año. Ante esto debemos preguntarnos y tanta basura ¿adónde va? Desafortunadamente el 60% no va a ningún lugar, se queda en los vertederos, el 10% se incinera el 17%.se convierte en compost y tan solo se recicla el 13%. Pero con estas cantidades de basura estratosféricas no importa tanto saber dónde va después de la caneca de la basura porque todos sabemos que no desaparece tan fácilmente, el problema de base es que es demasiada basura desde el principio y la única manera de reducirla es eliminarla en su origen.
Al contrario de lo que muchos pensamos, el famoso trio de las tres R, reducir-reutilizar-reciclar, no forma un circulo equilibrado en el que todas son iguales, sino que es una lista que prioriza sobre todo cómo debemos pensar en que consumimos y tiramos. Si solo el reciclaje fuera la solución, no tendríamos tantos problemas de acumulación de basura y contaminación en la Tierra, pero aunque las otras R no reciban mucha atención por parte de los medios, reducir nuestros 550 kilos anuales de basura por persona y reutilizar lo que ya tenemos, resulta el arma eficaz contra esta auto inundación de desechos y residuos. Si lográsemos entre todos reducir o reutilizar un tercio lo que tiramos, eliminamos del planeta más de 7 millones de toneladas de basura anuales.
¿Qué está pasando? Es casi imposible imaginar que todo el plástico que se ha fabricado en el mundo entero siga existiendo hoy día, pero así es. De una u otra forma, las moléculas del plástico tardarán cientos de años en desaparecer y nadie sabe si algún día se degradarán por completo. Pueden estar en un vertedero o flotando en el mar, puede ser que se hayan reciclado o que se hayan degradado hasta sus pequeñas moléculas individuales, pero todas las moléculas sintéticas y residuos del plástico, junto con otros tipos de basura, están poblando el planeta más rápido de lo que pensamos.
Cada año que pasa somos más en el planeta, compramos más cosas, generamos más basura, tenemos menos espacio y menos recursos naturales para sostenernos. Digamos que a nivel individual, a ninguna persona, entidad o sociedad se le puede echar la culpa de la situación en la que estamos ya que es un problema de todos y hará falta el esfuerzo de todos los individuos y grupos, entidades públicas y privadas para poder solucionarlo. Mientras los científicos, los diseñadores y los fabricantes empiezan a crear productos más sostenibles, a nosotros nos toca reducir el problema con las decisiones que tomamos todos los días.
Debemos preguntarnos ¿Cuál es la solución? Reducir no quiere decir menos, es más. Olvidemosno de las imágenes de los racionamientos en tiempo de guerra de cosas con muebles humildes, del control exhaustivos de los gastos y una vida con menos comunidades. Reducir no es eso, reducir quiere decir que aprovechemos al máximo todo lo que ya tenemos, que utilicemos lo que nos haga falta y que escojamos las cosas que duren más y que consumamos el mínimo de recursos y energía. La primera de las 3 R es la más importante y a la vez la más fácil de poner en práctica.