Las autoridades de Valledupar están afrontando un reñido partido contra la informalidad, para tratar de organizar mejor la ciudad con la recuperación de los espacios públicos, pero no ha resultado nada fácil y en ocasiones parecieran estar perdiendo el juego.
Una de las medidas recientes es el anuncio de la reubicación de los vendedores de comidas rápidas en la avenida Los Militares, en frente de la Institución Educativa José Eugenio Martínez, un lugar en el que durante más de una década decenas de comerciantes informales se han apoderado del espacio público. Aunque no tengan otra opción y la difícil situación económica haya llevado a los comerciantes a ese lugar, su actividad es informal y además están expuestos a los controles sanitarios por parte de las autoridades, que los reubicarán en mejores condiciones a un lote del barrio Villa Miriam.
Con este proceso hay recuperación del paso peatonal en la avenida entre las calles 18B y 18A, pero resta la formalización de los negocios, un proceso en el que también debería haber acompañamiento de la Cámara de Comercio, para que la transición sea completa y poderle cerrar el paso a la informalidad. En la capital de Cesar, la tasa de informalidad laboral es del 56.7%, según el Departamento Nacional de Estadísticas, Dane; es decir que de cada 100 trabajadores que hay en la capital del Cesar, 56 se dedican a actividades informales.
Pese a las protestas y desacuerdos de los dueños de negocios que se han declarado en banca rota, se hizo algo similar en el balneario Hurtado, donde la medida hasta la fecha se mantiene firme desde el pasado mes de mayo. Allí la administración municipal hizo un gol y no se ha dejado remontar.
El reto es grande, en estos días de mundial de fútbol la informalidad se viste de los colores patrios con la venta de camisetas de la selección Colombia en los bulevares de las principales avenidas de Valledupar. Aunque la Policía Fiscal y Aduanera ha anunciado operativos estos no han sido suficientes para opacar un negocio que surge cada vez que la tricolor disputa un certamen internacional.
Ayer, pese a la restricción de la circulación de motocicletas, entre 11:00 de la mañana y 6:00 de la tarde, varios desadaptados sacaron sus vehículos a las calles e hicieron caravana. El próximo 28 de junio será el partido decisivo para la continuidad de Colombia en Rusia, día en el que esperamos lo mejor de los jugadores de nuestra selección, pero también lo mejor de nuestros conciudadanos aquí en el territorio nacional, que con su buen comportamiento, acatando las restricciones, pueden ayudar a que la celebración sea en paz.
Lo anterior no quiere decir que las autoridades, en cabeza del alcalde Augusto Ramírez Uhía, estén perdiendo el juego. Por el contrario, los exhortamos a mantenerse en esa tarea de organizar la ciudad. Si alguna lección nos deja estos partidos del Mundial es que no hay que darse por vencido, que de las malas decisiones también se aprende y que siempre debemos identificar las fortalezas sacarle provecho en la consecución de los objetivos.
Esperamos que el reconocimiento que recientemente recibió el alcalde Augusto Daniel Ramírez Uhía en México, como uno de los mejores gobernantes de Iberoamérica lo impulse a desarrollar mejores estrategias para el desarrollo de la ciudad, no solo en apariencia, sino en los temas de fondo como el desempleo, motor de la informalidad, y la seguridad.