Daniela a sus 16 años, tratando de cumplir con sus obligaciones educativas, y a pesar de la era tecnológica por la que atraviesa el mundo, debe pagar todos los días entre $2.000 y $5.000 para poder acceder al servicio de internet, en un negocio ubicado en cercanías a su barrio.
Esta situación afecta no solo la economía de sus padres, también pone en riesgo la seguridad de la menor al tener que trasladarse a otros barrios para poder desarrollar sus tareas y además, limita el trabajo investigativo de la menor.
El caso de la menor, no es un hecho aislado, todos los estudiantes del barrio El Páramo, ubicado en el suroccidente de Valledupar, reclaman la inclusión de su barrio en los servicios privados y públicos de internet.
“El barrio tiene más de 15 años y cuenta con alrededor de 1.000 habitantes, nos parece el colmo que no podamos contar con el servicio de internet, teniendo en cuenta que este ya se ha convertido un servicio primordial en los hogares; hay padres que no tienen para darle todos los días a sus hijos $2.000 o más para que vayan a un café internet”, dijo María Helena Vanegas.
La mujer contó que además, las empresas privadas les niegan el servicio manifestando que para el sector no hay redes disponibles, situación que los hace sentir marginados ante lo público y lo privado.
“La educación hoy en día va de la mano de la tecnología, como es posible que les nieguen a nuestros jóvenes la oportunidad de acceder a este servicio. Me he dirigido a varias entidades privadas para solicitar la instalación en mi vivienda y me dicen que para el barrio no hay redes, esto también es responsabilidad de la administración municipal, ellos deben velar por el bienestar de todos y nosotros sentimos que se está vulnerando nuestros derechos como comunidad”, agregó María Helena.
La comunidad del barrio El Páramo exige hoy ser incluidos en las empresas privadas telefonía e internet, además apoyo por parte del alcalde Augusto Daniel Ramírez Uhía, para que el mandatario invierta en zonas wifi en su comunidad.
“La educación hoy en día va de la mano de la tecnología, como es posible que les nieguen a nuestros jóvenes la oportunidad de acceder a este servicio”, María Vanegas.
Por Jennifer Polo / EL PILÓN