Cimientos de piedra y cemento es lo que se observa en el corregimiento del Alto de la Vuelta, que queda entre Las Raíces y Badillo, en el lugar en que debería estar instalado uno de los puentes prometidos por la administración municipal.
Cabe recordar que allí hay un cruce donde la creciente del río Seco deja incomunicados a los pobladores de esta zona de Valledupar cada temporada invernal por los dos brazos del afluente hídrico. Para resolver en parte esta situación, el gobierno de Augusto Ramírez instaló en marzo del presente año un puente donado por el Instituto Nacional de Vías, Invias, pero hizo falta otro puente en un lugar cercano, para subsanar al 100 % la problemática.
El representante legal del Consejo Afro del Alto de La Vuelta, Nadyn Toloza, manifestó: “Dicen que ya tenemos un puente, lo cual es cierto, pero en el lugar de mayor incidencia conocido como ‘El Mochito’ no han hecho nada. Esta obra hace mes y medio está parada; al parecer estaban esperando la adición de un dinero que ya fue aprobado, estamos esperando que se materialice, sobre todo ahora que empezaron las lluvias. No queremos estar aislados y de peor manera porque el agua se empozará ahora que dejaron una construcción a medias”.
Agregó: “Esto demuestra que faltó planeación porque es para que hace dos meses hubiera culminado la obra y todavía estamos a la espera que se finalice el otro puente. Uno pasa por ahí y no hay agua, pero no es de sorprender que se crezca el río y nos toque sortear los mismos menesteres de siempre. Cuando empezaron las obras se lo dijimos a los ingenieros que hubieran empezado por el río ‘Mochito’, que es que aísla a uno”.
Al respecto, el secretario de Obras municipal, Jorge Armando Maestre Jaraba, explicó: “Lo que pasa es que inicialmente sería un puente semipermanente y era una donación de la empresa multinacional Drummond. Sin embargo, al hacer una evaluación del mismo pudimos darnos cuenta que estaba en regular estado y que resultaba más costoso el desmonte, transporte y la instalación que construir uno nuevo. La decisión que se tomó por parte del contratista, avalado por la interventoría y por la administración, es realizar un puente nuevo. Actualmente realizamos las actividades propias de revisión de los diseños y una vez se encuentren avalados por la interventoría procederemos a iniciar la ejecución.
Pasaremos de un puente semipermanente a uno permanente, de óptimas calidades y para estrenar”.
La adición presupuestal para esta obra está aprobada por 1.390 millones de pesos y para el puente nuevo y de carácter permanente se adicionaron 250 millones de pesos.
ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/ EL PILÓN
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