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Paraísos fiscales, ética o legalidad

Con ocasión del escándalo destapado por los Panamá Papers en 2016 (lavado de dinero o evasión de impuestos), se puso de moda este término; sin embargo, esta concepción ha estado presente en la historia de la humanidad por miles de años. Charles Adams, en su libro ‘Relatos de los paraísos fiscales: chiflados, bandidos y estafadores’, señala que los paraísos fiscales no son nada nuevo. Algunos historiadores mencionan la existencia de islas aisladas que eran especies de paraísos fiscales desde la Grecia antigua.

El contexto histórico para el caso de los centros financieros “offshore” es útil para ampliar el análisis, no obstante, la valoración de la situación debe realizarse con cautela, sobre todo, por las instituciones fiscales de cada país, en aras de delimitar las implicaciones socioeconómicas.

La reciente infiltración obtenida por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung de las evidencias fiscales denominada los Paradise Papers ha dejado al descubierto 13,4 millones de documentos y la manera en que las personas más ricas del mundo, secretamente invierten grandes cantidades de dinero en centros financieros “offshore” o los popularmente llamados “paraísos fiscales”. El Boston Consulting Group considera que cerca de US$10 billones de dólares están guardados en centros offshore. Cifra equivalente aproximadamente al producto interno bruto combinado de Reino Unido, Francia y Japón. Y remata diciendo que esa puede ser una estimación conservadora.

Los documentos de los Paradise Papers revelaron nombres impensados, la reina Isabel II, Wilbur Ross, secretario de Comercio en el gobierno de Donald Trump, dirigentes del Gobierno Ruso, el presidente Canadiense Justin Trudeau y el colombiano Juan Manuel Santos y los cantantes Shakira, Madonna y Bono. Los Panamá Papers y los Paradise Papers abrieron a nivel mundial un debate de carácter legal y ético, sobre todo, por el secretismo de las transacciones de los “offshore”, circunstancia que abre grandes hendijas para la ilegalidad y promoción de una mayor profundización de la desigualdad que reina en el mundo.

Los ciudadanos comunes y corrientes pese a las evidentes debilidades institucionales y a las maniobras realizadas para hacerle esguince al sistema fiscal, cumplimos con las obligaciones tributarias, solamente cancelando una factura por la adquisición de un bien o un servicio, entre tanto, la modalidad inmersa en los paraísos fiscales, tipifica una clara intención de evasión de impuestos, y no estamos frente a una cifra insignificante.

Algunos expertos coinciden en afirmar que es necesaria una decisión multilateral que defina los protocolos de este tipo de actividad económica, porque la incertidumbre legal facilita las posibilidades de recuperación de capitales mediante los Paraísos Fiscales, para las corporaciones y gobiernos desorientados de su política fiscal y monetaria.

La revelación de los Paradise Papers -esto es una conjetura – tienen similitud con los libros de diferentes autores que describen los alcances de las sociedades secretas.

El debate legal y ético está abierto, al respecto, Transparencia Internacional llamó a los gobiernos y autoridades de control a actuar para frenar la corrupción del sistema financiero, tras la investigación de Paradise Papers. “El alto perfil de la gente y corporaciones en este último escándalo es estremecedora. Está claro que las autoridades de supervisión financiera y los legisladores deben aceptar que el sistema está roto”. “Con demasiada frecuencia, el dinero que debería ser destinado a mejorar la vida de la gente es desviado por funcionarios corruptos en búsqueda de estilos de vida lujosos.

Por Luis Elquis Díaz

@LuchoDiaz12

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