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Para mis colegas

El pasado jueves sin previa consulta a jerarquías, como el Colegio Médico Seccional, y otros estamentos importantes del gremio médico, propuse una marcha protesta por el tan deplorable asesinato del pediatra, Alberto Aroca Saad, con el propósito de exigir respeto por la vida de los médicos, por lo menos en consideración de los sacrificios que soportamos los médicos como guardianes de la salud de la población de las comunidades.

Aunque mi convocatoria no haya despertado suficiente entusiasmo en mis colegas, nuevamente insisto, en vista de la peligrosa situación que atraviesa el país, que de veras merece la solidaridad de su gente honorable. No solo porque un colega sea asesinado por sicarios, sino porque además a los médicos muy poco se les honra o aprecia, pero lo más doloroso es que al cuerpo médico poco o nada le importa, ya que trabaja y trabaja con pésimas condiciones en todos los aspectos de su noble profesión, ignorando la importancia o valía de su encomiable labor social.

A ninguna autoridad le interesa la protección del gremio médico, ni siquiera al Ministerio de Salud y Protección Social, tampoco a la Superintendencia Nacional de Salud y mucho menos a las secretarías departamentales de salud, pues a sus funcionarios no les importa que a los médicos las IPS y las EPS les deban varios meses de salarios, que a los médicos especialistas los pongan a trabajar con turnos de disponibilidad para no pagarles la estancia hospitalaria, que los médicos generales después de salir de turnos nocturnos, sin descanso tengan que seguir trabajando en otros centros hospitalarios; en fin, la injusticia y la arbitrariedad contra el gremio médico es abismal.

Al mismo tiempo, es perjudicial para los pacientes. Mi reiterada convocatoria a manifestar la inconformidad de los médicos, en modo alguno pretende desconocer la inseguridad presente en nuestro país, pues soy muy consciente de que es peligrosa; sin embargo, a la postre lo más grave es quedarse mudo y dejar que los delincuentes y criminales nos sigan amordazando y continúen asesinando por venganzas, ya que los encargados de aplicar justicia son las autoridades competentes, según lo establecido en las leyes con base en la Constitución Política del país, la cual debe ser acatada por toda su población y quienes las infrinjan deben ser castigados de acuerdo a los códigos pertinentes a cada delito.

En caso de que mi segundo llamado a protestar caminando pacíficamente por algunas calles de Valledupar, no tenga suficiente acogida por mis colegas, de antemano les informo que respeto sus posiciones y criterios del por qué la resistencia de no participar en la protesta contra asesinatos por encargos de criminales clandestinos. Porque no deja de ser riesgoso en un país donde es habitual asesinar y ajusticiar por mandato.

Lamentablemente, estos asesinatos seguirán por larguísimo tiempo porque la pobreza va en aumento y, por ende, la delincuencia también crece y la mano de obra de los sicarios disminuye. Así que meterse en cualquier negocio comercial puede ser la causa de muerte inesperada. Todo por dinero o mayor lucro. Líbrenos, Dios. Amén.

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Jose_Romero_Churio: