Esa es la jugadita que realizan muchos colombianos, engañándose ellos mismos, a su familia y la sociedad; también a las autoridades; fiel reflejo de lo que hacen dirigentes nacionales con vicios de forma y fondo. Están practicando la actitud del avestruz y lo peor, ignorando unos, a sabiendas otros que incursionan rápidamente en el campo penal.
Preguntamos: ¿Por qué asumen esta actitud? Son personas sin fundamento alguno que consideran que nada les pasará, que el virus no llegará a ellos y replican que con la vacuna no serán inmunizados. Una investigación realizada por el Instituto Pasteur arroja que las personas no vacunadas tendrían un riesgo del orden de doce veces superior de transmitir el virus que aquellos que se han vacunado.
A decir verdad, esos que poseen los referidos carnés, falsos, son muy ilusos o muy osados; desconocen o llevan la contraria a la pandemia por rumores infundados, al punto que han manifestado que más segura o efectiva es tal vacuna, demeritando las otras aprobadas por la OMS. La persona que no quiera recibir vacuna tiene el derecho a rehusarse y firmar un documento el cual quedará como constancia, pero no ingeniarse esa maroma o jugadita; debe tener la franqueza y manifestar no desear vacunarse, le corresponderá aislarse y no simular que está vacunado, reunirse, haciendo vida social con los que convive. Son una amenaza para la sociedad.
Otros, para continuar con el engaño, consiguen certificaciones que han sido entregadas a otras personas, alterando la identidad, situación conocida como usurpación, que consiste en la acción de una persona, cuyo fin es apropiarse de la identidad de otra para hacerse pasar por esa, obteniendo beneficios o recursos. En síntesis, es simular una calidad o condición que no tiene. Falsificar, alterar firmas, certificaciones, en este caso un carné, conlleva a cometer un delito que tiene su sanción.
Portar un documento que no corresponde es actuar de mala fe, con dolo, contrariando normas existentes; se trata de un individuo que podrá contagiar y ser contagiado y morir. Tener un carné falso es algo inexplicable, nadie entenderá a estas personas, así lo vemos; están preparados para estructurar un concierto para delinquir, todo porque este fraude les es lucrativo. Preguntamos: ¿Cuánto podrán cobrar por un carné falso? Y la gente ingenua lo paga. Estos suplantadores no tienen ningún tipo de respeto por el conglomerado, ya que al contagiarse con el virus no les interesa en lo más mínimo su semejante.
Finalmente, y con ocasión a la temática aquí expuesta, el Gobierno nacional expidió el Decreto 1408 del 3 de noviembre de 2021, que en su artículo 2 expresa la exigencia de tener el carné de vacunación contra el covid-19 o certificado digital de vacunación como requisito de ingreso a eventos presenciales de carácter público o privado que impliquen asistencia masiva como discotecas, bares, bingos; también, escenarios deportivos, museos y ferias. La recomendación es a cumplir la norma y a portar el verdadero carné.
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