Cerca de 40 familias campesinas de Poponte, corregimiento de Chiriguaná, Cesar, han abandonado sus terrenos en los últimos días por amenazas contra su vida y crímenes relacionados con el incumplimiento de abandono de predios. El asesinato más reciente fue registrado el pasado 4 de abril cuando acabaron la vida del campesino José Luis Martínez.
Tras conocerse esta muerte, comenzó a circular en esa localidad un panfleto, presuntamente de la Organización Revolucionaria Renacer de Poponte, que solicitó a 18 personas, algunos de ellos con sus familias, abandonar el departamento a más tardar 24 horas si no querían correr con la misma suerte.
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Una de las familias amenazadas que tuvo que huir del territorio en el que trabajó por más de 20 años con las manos vacías al dejar abandonadas todas sus pertenencias, entre estos 77 animales, contactó a EL PILÓN para dar a conocer la situación real de esa zona, asegurando que allí comanda el frente Manuel Martínez Quiroz del ELN, que está al mando de alias Daniel Cesar Castillo.
“Tememos por nuestra vida. Nada más salimos con lo que teníamos puesto, con un aviso de esos qué más podíamos hacer”, dijo un campesino que por motivos de seguridad prefirió ocultar su identidad. Esta persona junto con su familia fue refugiada en otra zona del departamento, pero exigen a las autoridades respuestas y protección para poder irse en su totalidad del Cesar.
De acuerdo con la familia desplazada, las personas que no colaboren con el grupo armado se enfrentan a consecuencias violentas y “las autoridades se hacen los desentendidos frente a esta situación”, por lo que las denuncias expuestas, aseguró, “no sirven para nada”.
“El alcalde dijo que iba a proteger la zona con tropas, pero no de forma frecuente. Él muchas veces nisiquiera está enterado de las cosas que suceden en la parte alta y si no pone orden en Chiriguaná mucho menos va a poner control en esa zona montañosa”, acotó la víctima de desplazamiento forzado.
Según el campesino, que se dedicaba a labores de agricultura y ganadería, los delincuentes visten de civil y le hacen inteligencia a la comunidad sin que estos sospechen, llegando incluso a la casa de las personas para ganarse su confianza y atención y luego “darles el duro golpe”.
Al igual que esta familia, los otros campesinos, por la inseguridad, miedo y amenazas, dejaron abandonados sus enseres, animales (reses, gallinas, cerdos y chivos) y cultivos de maíz, frijol, café y cacao.