Dos paisanos se enfrentan en el escenario nacional. El gobernador Luis Alberto Monsalvo y el presidente de Fedegán Jose Felix Lafaurie, ambos ganaderos, bastante presentes en el diario discurrir de nuestras páginas. Este además nos acompaña como un estudioso columnista, querido por nuestros lectores.
Vale hacer algunas reflexiones. Ha hecho una buena labor al frente de Fedegan Lafaurie, ha sido activo y les ha dado representación a los ganaderos.
Encontraron estos en el gobierno de Uribe la oportunidad de recuperar la tranquilidad en sus fincas y eso les ha generado afectos hacia todo lo que representa mano dura, lo que ha recogido con habilidad Lafaurie. Ese es un sentimiento humano y primario de solidaridad que no ve mas allá de la solución también primaria de acabar al adversario, de doblegar al último rebelde armado, en una cruzada al estilo de Putin o de Bush.
Ese tema ha convertido al gremio ganadero en caja de resonancia de las políticas de Uribe, adversas al gobierno Santos, y allí lo alimenta, lo estructura, el discurso de Lafaurie.
Hemos opinado en estas páginas que a los ganaderos, que han puesto un tributo con sus vidas truncadas o secuestradas, les conviene la paz negociada. Sí, porque no hay otra paz posible distinta a la que se alcanza al dialogar con el enemigo y se hagan concesiones mutuas.
En este periódico es igual la vida y el dolor familiar del soldado o el guerrillero muerto, ambos colombianos y generalmente pobres.
Como escuchamos en la radio al gobernador, es un gremio en que no debe haber ni un militante Santista, ni uno Uribista. Eso no conviene a los gremios, que deben representar específicamente sus particulares intereses sectoriales. El país no quisiera en la cabeza de un importante gremio a Gabriel Silva pero tampoco a un Jose Obdulio. Y aunque el amigo Pepe Felix no es este, se parece por su inteligencia y fácil palabra, dotes de las que no goza en igual medida Monsalvo.
Sin embargo es cierto lo afirmado por Monsalvo en el sentido de que también hay sectores no afectos a esa tendencia política y ve que hay que mantener conductos de diálogo con los gobiernos.
No es buena idea desviar la atención y convertir la crítica de Monsalvo, en una oportunidad para exponer otro tipo de consideraciones como que su madre gestiona los temas en el departamento o aleves ataques contra su familia. Ese tipo de cosas desde nuestras páginas las rechazamos, en un grado de independencia tal que en varias ocasiones hemos marcado distancia con la Gobernación y lo que allí se cocina. Esa coartada de Lafaurie es propia del jefe Uribe a quien se le pregunta un tema y sale con un ataque o respondiendo otra cosa.
El tema es de fondo: ¿Deben los gremios sustituir a los partidos políticos? Creemos que no. Por lo menos, este round lo ganó Monsalvo.