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País de vivos y corruptos

¿A qué horas Colombia se convirtió en un país de vivos y corruptos? Es un mal general que aqueja a la sociedad, pero es más notorio en los que dominan las esferas de poder e inciden en las decisiones de la población, no solo en el Estado, también en la empresa privada.

La cartelización privada da asco, beneficiarse, a costa de ahogar al pueblo, con productos de primera necesidad: cartel del pañal, del cuaderno, del papel higiénico, del arroz, del azúcar, en fin, no veo ninguna diferencia con los antiguos carteles de Cali o Medellín, aquellos mataban con bombas estos lo hacen con los precios.

El Congreso tampoco se queda atrás, congresistas entregados al ejecutivo a cambio de dinero para seguir manteniendo sus fortines ¿soborno? Como si fuera poco, la entidad envuelta en un cartel de carros usados que sirven, entre otras cosas, hasta para transportar dinero del crimen ¡Por favor! En el país de las licencias ambientales, casi perdemos Caño Cristales porque la ANLA entrega una licencia promovida por un funcionario que antes trabaja para la empresa beneficiada.

Lo de la alimentación escolar es vergonzoso e indignante, alianza entre políticos y contratistas para robarse lo que más puedan y dejar a los niños sin su alimentación, lo que paso en Aguachica es solo la punta del iceberg, un escándalo que sigue creciendo y que involucra Fundaciones y personas que se han hecho millonarias, sobre todo en la Costa.

El concejal que se gana más de ocho millones de pesos, pero tiene Sisbén y un hijo favorecido con una beca Pilo paga o el taxista q le roba la silla de ruedas a un deportista paralímpico.

¿Qué diferencia hay entre Jorge Pretelt e Iván Márquez? Ambos pretenden sacar dividendos de sus circunstancias adversas, el uno atornillado a un puesto con las peores sindicaciones y el otro, lavar sus delitos y quedar millonario como dice la revista The Economist. Claro que entre los pobres también hay vivos, muchos se hacen pasar por desplazados para obtener los dividendos del estado, casa, subsidios, etc.

En la ley de tierras, ni hablar, todo el mundo quiere su pedazo, usurpándoles oportunidades a las verdaderas víctimas. Un país de ricos indolentes que prefieren llevar sus fortunas a paraísos fiscales para evadir impuestos y no aportar al crecimiento del país, como evidenció el destape de los ‘Panama Papers’. País de hijos de papi y mami, de elite política, sobre todo de la oligarquía cachaca, quienes se resisten a dejar la teta del Estado.

¿Qué diferencia hay entre los Nule y estos chinos que solo piensan en buscar cargos diplomáticos para vivir de alivio? Ninguna, son bandidos con diferente ropaje. País de políticos como Samuel Moreno y Ernesto Samper. Al parecer en Colombia la mayoría tiene precio, el fiscal que se deja comprar, el policía de tránsito que recibe la coima, el que se vuela en Transmilenio, el curador que para dar una licencia pide, el alcalde que exige el dulce 30%, el funcionario que rebaja los impuestos pero con billete, el mal está en todas las esferas, el presidente hace un concurso para elegir fiscal y llegan los mismos. Los canales de televisión, de manera cínica y ventajosa, se oponen a que llegue otro para no repartir la torta publicitaria, con la complicidad del Estado. Esto está podrido y no se ve ninguna solución.

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