Por José Romero Churio
Colombia es un país sin autoridad, lo peor es que a pesar de tener amplísima legislación, sus leyes, las autoridades suelen aplicarla a los más pobres; es decir, el que tiene más dinero inclina la balanza de la justicia a su favor.
No en vano, el “Maestro” Darío Echandía, mítico político liberal y ex presidente de este país, con mucho dolor en su alma, expresó en 1979 (diez años antes de su muerte), la célebre frase: “Este es un país de cafres”, que según algunos diccionarios, el vocablo cafre además de bárbaro y delincuente también significa ignorante.
Traigo a colación esta última acepción de la palabra cafre para referirme al concepto emitido por la Contralora del municipio de Valledupar, quien manifiesta que los propietarios del predio que taparon una vía de la glorieta “La pilonera mayor”, a los cuales la administración municipal les ha incumplido su pago, les cabe todo el derecho a cerrar dicha vía, anteponiendo el derecho particular por encima del interés general. Crasa ignoranciade la Constitución Nacional.
Sobre esta medida del taponamiento en mención, sería bueno escuchar el criterio del Ministerio Público, específicamente, de la Procuraduría, entidad que en verdad lecorresponde pronunciarse al respecto y no a la Contraloría que se ha apropiado de su función.
Insisto en que el alcalde Fredys Socarrás Reales, no ha tenido la suficiente autoridad para intervenir en el cerramiento de la vía referida, que tanto incomoda a la población del municipio de Valledupar, ya que hay otras medidas jurídicas a las cualeslos propietarios del predio debieron recurrir; sin embargo, optaron por el deterioro de la movilidad vehicular, con el consecuente perjuicio a la comunidad.
La inseguridad campea a lo largo y ancho del país, alarman las noticias diarias sobre desafueros y crímenes cometidos. Hacepoco murieron dos mujeres líderes de la etnia kancuama, oriundas de La Mina y Los Haticos, Cesar, en accidente automotor sobre la carretera nacional que conduce de Valledupar a San Juan, La Guajira, huyendoquien colisionó con ellas. Esta carretera merece mayor control por parte de la autoridad vial, puesto que por ahí se transporta mucha mercancía de contrabando, cuyos conductores manejan a alta velocidad.
La política de recompensas por la delación de crímenes y desafueros también amerita vigilancia y control, de lo contrario, el pago de recompensas va a los bolsillos de la autoridad corrupta.No olvidemos los falsos positivos.
Los empresarios bancarios tampoco cumplen con la norma que los obliga a ubicar los cajeros automáticos con la privacidad requerida, para que las transacciones de sus usuarios no queden a la vista de terceros, situación que los expone a que otras personas conozcan sus claves y después retiren sus dineros de manera fraudulenta.